Jugar con gasolina

El paseo triunfal de Andrés Manuel López Obrador ha concluido. De la jornada electoral de su triunfo en las urnas, a la tragedia de San Primitivo, un lugar en las sombras de la pobreza hidalguense, ocurrida este viernes 18 de enero, sus planes y decisiones han transitado a la dimensión de la realidad, que es como la Ley de Gravedad en política.

La explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, en el contexto de la guerra al huachicol, cobró la vida de gente pobre del lugar; de frente a las graves responsabilidades del cargo, el jefe del Ejecutivo dice que la estrategia seguirá sin cambios. Una decisión así de férrea la tuvo en su día Felipe Caderón Hinojosa contra la violencia.

Si la estrategia presidencial, de la que poco se sabe, no cambia, habrá que anotar en el saldo que tiene hoyos, la generalidad del nuevo régimen de que el pueblo es sabio y respeta al Ejército, pues de haberse cumplido estas dos actitudes, no habría hogares enlutados y el paseo triunfal del presidente de los 30 millones de votos hubiera seguido.

Para empezar, la protección al Presidente en sus traslados debe fortalecerse; la cobertura periodística de sus actividades, de la que dependerá su registro en el presente y en la historia, depende de reporteros, fotógrafos y camarógrafos que laboran en condiciones adversas dictadas por una austeridad miope. 

Un sexenio está plagado de situaciones difíciles y el actual hoy cumple 53 días. El Ejecutivo federal debe fortalecer sus planes, en la realización. Todas las mañanas se proyecta un mensaje: «El gabinete soy yo», y a donde viaja no va solo, mucha gente se mueve en torno de las actividades de quien apunta a ser el más presidencialista jefe de Estado, desde Lázaro Cárdenas, primero en abarcar un mandato de seis años.

Desmanteló áreas de la Presidencia de la República, deshizo al Estado Mayor Presidencial; dejó Los Pinos, que daba un servicio estratégico al gobierno de la República. Redujo su capacidad de respuesta a lo imprevisible.

Es prudente revisar lo hecho en 53 días y evitar o corregir acciones que puedan equipararse a la imagen fatal de jugar con gasolina.