Mexicanos, felices a pesar de todo

Dicen que “el pájaro canta aunque la rama cruja”. México es un país de nivel de ingresos que van de medio a bajo con altos índices de pobreza, desigualdad económica, altos índices de violencia y delincuencia, y elevados niveles de corrupción. ¿Cómo pueden los mexicanos ser tan felices en un contexto tan desfavorable?

De acuerdo con el Informe de la Felicidad Mundial 2019 producido por Naciones Unidas, México es el segundo país de Latinoamérica con el nivel de felicidad más alto, sólo superado por Costa Rica.

El país se ubica en el lugar 23 entre 156 naciones de este ranking, en contraste con el lugar 56 que ocupa entre dichas economías, según su nivel de ingreso por habitante.

En materia de felicidad, México supera el nivel de Francia (lugar 24), que cuenta con un ingreso más de tres veces mayor y rebasa por mucho en felicidad a Japón (lugar 58), a pesar de ser la tercera economía más grande del mundo.

¿Por qué es importante?

En términos muy sencillos la felicidad es entendida como sentirse bien, disfrutar de la vida y desear que este sentimiento se mantenga.

Tiene que ver con la satisfacción personal y la calidad de vida de la gente, y es evaluada de manera más amplia mediante una variedad de indicadores de bienestar subjetivo, con el fin de identificar y definir las políticas públicas para promover mayor felicidad para un gran número de personas.

La medición del bienestar subjetivo se enmarca en un creciente consenso a nivel internacional respecto a la necesidad de dar seguimiento al progreso social desde la perspectiva de las experiencias de vida de la gente, más que desde la disponibilidad de bienes y servicios.

La riqueza no da la felicidad… ¿O sí?

Según Woody Allen, “el dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida que sólo un auténtico especialista podría verificar la diferencia”. Entre las circunstancias que ejercen mayor influencia sobre la satisfacción personal, casi siempre se piensa en el ingreso.

“Lo material importa mucho, hace gran diferencia, cuando consideramos el grupo de personas con menor adquisición y avanzamos hacia grupos de mayor ingreso el nivel de satisfacción con la vida que reportan es más alto, hay una relación clarísima en México, a mayor nivel de ingresos mayor nivel de satisfacción con la vida”, afirma Gerardo Leyva, director de investigación del Inegi, responsable de los Indicadores de Bienestar Autorreportado.

Otras fuentes de felicidad

Richard Layard, uno de los referentes del debate sobre el bienestar subjetivo, define los siete principales determinantes de la felicidad: las relaciones familiares, un trabajo estable y gratificante, la comunidad y amigos, la salud, la libertad individual, los valores personales y la situación financiera.

La felicidad de los mexicanos se ve disminuida por sus muchos problemas sociales y económicos; sin embargo, sería un gran error suponer que la vida de los mexicanos está limitada a las consecuencias de la pobreza, la corrupción institucional, la desigualdad de ingresos, el crimen y la violencia y otros problemas, comenta Mariano Rojas.

Los expertos coinciden en que el gobierno puede hacer mucho por favorecer los aspectos que promuevan la felicidad.

Hay que ver cuáles son las cosas que están asociadas con mayores niveles de satisfacción para la gente y buscar las políticas que inteligentemente conduzcan a los ciudadanos hacia esa dirección.

Por su parte, Rojas destaca la necesidad de una política pública específica de una educación para la felicidad.

“Educar a los niños que cursan ahora la primaria y la secundaria no sólo para que en el futuro sean productivos, sino para que se relacionen mejor, esas habilidades más de inteligencia emocional son muy importante para la felicidad”, dice.