El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, deseó que la tregua entre las organizaciones criminales sea “infinita” porque la gente está muy “contenta”.

Durante la misa de Domingo de ramos, con la que da inicio la Semana Santa, González Hernández afirmó que los pobladores en los municipios de Chilpancingo, Iguala y Taxco están contentos de que las organizaciones criminales hayan pactado una tregua.

“Están felices en esos lugares donde había balas, mucha muerte y hasta se hablaba de guerra. Ha habido esa tregua y gracias a la oración se ha mantenido”, dijo el obispo.

González Hernández indicó que la tregua se ha mantenido por la constante oración y que espera que esta sea infinita.

Hace 40 días, en la misa de miércoles de ceniza, González Hernández anunció que junto con los otros tres obispos de Guerrero habían intentado establecer una tregua entre los líderes de la Familia Michoacana y Los Tlacos.

Sin embargo, esta no se logró porque uno de ellos se negó a ceder parte de su territorio. En esos días, en Chilpancingo se libraba una disputa abierta entre Los Tlacos y Los Ardillos.

Por esta disputa, por lo menos seis choferes del transporte público fueron asesinados, uno de ellos calcinado. La reacción de los choferes fue suspender por completo el servicio.

Esto tuvo efectos en cascada: comercios cerraron y otros redujeron sus horarios; las escuelas cerraron. Así estuvo 10 días la capital.

El director de Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello, Filiberto Velázquez Florencio, informó que la crisis en Chilpancingo se terminaba por una tregua que pactaron Los Ardillos y Los Tlacos.

Días después, tras la masacre de 17 hombres en la Sierra de la Tierra Caliente, Los Tlacos y la Familia Michoacana también anunciaron una tregua.

La disputa entre estas últimas organizaciones criminales se expande en la región de la Sierra, Norte y Centro de Guerrero.