Hay problemas en el paraíso, es decir, en el grupo en el poder político en México, y toca al presidente Andrés Manuel López Obrador poner orden. Las dificultades entre la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, y el coordinador de los senadores de este color, Ricardo Monreal Ávila, se suma al rosario de temas insólitos del sexenio.
Se decía que en Morena no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de López Obrador y resulta que sus operadores principales pueden pelearse y, algo grave, “se venden candidaturas”, mientras el país vive una cerrada contienda contra la corrupción.
Yeidckol Polevnsky reclama las manos de Monreal fuera de los asuntos del partido y el zacatecano ha sido cauto en sus afirmaciones personales. La lideresa de Morena denuncia que se han infiltrado sabandijas en su partido y Alejandro Rojas Díaz Durán, integrante del equipo político de Monreal, la acusa de denigrar a militantes y de sembrar discordias; demanda que deje el cargo y la saquen del país.
El pleito es divisionista de la bancada de Morena en el Senado y representa un aviso de que las disputas por el poder están a la orden del día, como en cualquier otra época y organización política. Se trata de un problema de Andrés Manuel López Obrador, aunque se niegue, como es habitual, a hablar de ello en sus matinés ante los medios.