Alrededor de 84 mil “chalecos amarillos” se manifestaron, por décima semana consecutiva en toda Francia, a pesar del gran debate nacional lanzado por el presidente Emmanuel Macron con el fin de cerrar este movimiento de protesta social que ahora exige su renuncia.

En medio de una amplia presencia policial y pese a las bajas temperaturas, manifestantes salieron este sábado a las calles en París y en las principales ciudades del país, donde las marchas transcurrieron en calma, aunque hacia el final de la tarde estallaron disturbios en lugares como Toulouse y Burdeos.

En París, el llamado Acto X del movimiento dio inicio alrededor del mediodía en la Plaza de los Inválidos, donde las autoridades estimaron una participación de ocho mil personas, que avanzaron en orden según el curso preestablecido, exigiendo la dimisión del presidente francés.

La demostración se desarrolló en calma, pero cuando algunos grupos salieron de la ruta aprobada, la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersarlos, y los inconformes arrojaron botellas, palos y piedras, con un reporte de daños a un semáforo y a un vehículo estacionado.

En Toulouse, la prefectura contabilizó 10 mil manifestantes, por primera vez desde que comenzaron las protestas el pasado 17 de noviembre, y reportó algunos choques; mientras que en Lille marcharon pacíficamente entre mil 500 y tres mil personas por el centro de la ciudad.

Moviliza 80 mil agentes ante protesta

Las autoridades francesas ordenaron un gran despliegue policial en Francia en el marco del décimo sábado de protestas convocado por el movimiento denominado “chalecos amarillos”.

Unos 80 mil agentes han sido movilizados en todo el país, cinco mil de ellos en París, que está previsto que sea el principal escenario de las protestas.

Los principales monumentos de la capital están rodeados de un importante dispositivo antidisturbios, mientras varias estaciones del metro de París permanecen cerradas, según el diario Le Figaro.