Necesario preanalizar proyectos hidroeléctricos

“La necesidad de la construcción de presas hidroeléctricas tiene igual número de aristas que los efectos en el ambiente, razón por la que antes de elaborarse un proyecto de esta magnitud debe analizarse el panorama”, explicó en conferencia Ramón Domínguez Mora, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En los últimos años se ha propagado la idea de que la construcción de presas hidroeléctricas trae consigo daños al ambiente que incluyen la desaparición de mangles o que afectan el nivel del agua en las costas, pero más allá de eso también hay consecuencias benéficas que no son tomadas en cuenta.

En su conferencia titulada «Sistema de presa del Grijalva», Domínguez Mora, quien ha dictado más de 100 conferencias en todo el mundo, en España, Francia, Brasil y Guatemala, explicó que la construcción de presas en Chiapas ha contribuido a que las inundaciones periódicas en Tabasco sean menores que hace años.

La facilidad con la que actualmente se propagan las noticias da pie a creer que las inundaciones en el estado vecino de Tabasco son cada vez mayores, sin embargo sucede lo opuesto.

Los registros indican que en años anteriores, las inundaciones en Tabasco eran superiores a las actuales. Sobresale en este sentido la ocurrida el año de 1929, cuando por lo menos 7 municipios, incluida la capital, resultaron afectados.

Proyecto de presas

El sistema de presas construido en Chiapas en el río Grijalva, que comparte con Tabasco, tiene el efecto de aminorar las inundaciones, pero también ocasiona pérdida de ecosistemas en la parte baja, es por eso que antes de elaborarse un proyecto de presas hidroeléctricas debe preanalizarse el impacto que pudiera tener en ambas direcciones, la benéfica y la perjudicial, pues además de proporcionar energía hidroeléctrica, las presas resultan útiles almacenes de agua en tiempos de escasez.

También resulta conveniente que además de los análisis para futuros proyectos de presas, también se estudiara el impacto en las costas de las presas que actualmente están en funcionamiento.

La primera presa en el estado fue Malpaso o Nezahualcóyotl, construida en 1966, la segunda fue la Angostura, que es más grande y con mayor capacidad, la tercera fue Chicoasén, que facilitó el trabajo de su predecesora, y la última fue Peñitas, construida en 1987. Destaca que cada presa facilita la función de su antecesora, que es lo mismo que se espera que pase con el proyecto de Chicoasén II.