Niño y sexagenario lesionados en choque

El joven se recuesta sobre el cofre de la camioneta que conducía. La oscuridad no disimula sus ojos enrojecidos. Está muy nervioso y apenado al ver que el sexagenario está lastimado, sobre el pavimento. “No tuve la culpa”, dice. El oficial, la cámara y el mismo lesionado le dan la razón.

“Pero te moviste; no te hubieras movido”, le dice el oficial de Tránsito Municipal al joven que se pone aún más nervioso de lo que está.

Es que el joven alega inocencia. “Yo iba en verde. El señor avanzó con el semáforo en rojo”, asegura.

Y se somete a la prueba de las cámaras. “Cheque la cámara jefe y verá que le digo la verdad”.

Paramédicos atienden a Julio César, de 65 años, que conducía el Volkswagen color gris, placas LTJ-2311 del Estado de México.

Transitaba de sur a norte sobre el Bulevar Andrés Serra Rojas y quiso ganarle a la luz roja. Pero se quedó a medio camino y causó corte de circulación a los que avanzaban con el semáforo en verde.

La camioneta marca Nissan tipo Pathfinder, color verde olivo, placas LTC-7957 del Estado de México, iba de poniente a oriente sobre el Libramiento Norte de la capital chiapaneca.

La parte frontal de la camioneta dio de lleno con el costado izquierdo del vochito. El sexagenario automovilista fue sacudido por el fuerte impacto.

Patrulleros de la Policía Municipal que pasaban por allí activaron su radio Matra y pidieron una ambulancia. Arribó la unidad PCA-02 de Protección Civil Municipal.

Los paramédicos valoraron al hombre dentro de su auto, luego lo bajaron. Alguien hizo una llamada a la familia de Julio con su celular, pero luego el aparato desapareció.

“A río revuelto ganancia de pescadores”. Algunos sospecharon de los paramédicos, que según los motopatrulleros fueron los únicos que entraron al auto.

Una mujer que iba en la camioneta chocada pidió al comandante de Tránsito que pidiera otra ambulancia. “Mi hijo tiene un fuerte dolor de cabeza por el golpe y no lo valoraron”, dijo. El niño lloraba.

“Pero usted tiene la culpa por no pedirle a los paramédicos que revisaran a su hijo”, le recriminó el oficial. Tenía razón.

La mujer agregó: “Es que deben tener sentido común (los paramédicos) y preguntar por los ocupantes del otro auto involucrado”. También estaba en lo correcto.

Al final se pidió otra ambulancia para que revisaran al niño. La culpa recayó sobre el sexagenario, porque las cámaras así lo confirmaron, y el mismo conductor del vochito aceptó su culpa, según dijo la mujer de la camioneta.