Nuevamente la marihuana

En un momento donde a los aspirantes presidenciales sólo les falta publicitar sus bostezos, como estrategia para animar al electorado a presentarse a las urnas el próximo 1 de julio, el secretario de Turismo, Enrique De la Madrid hizo una propuesta que sacó del pasmo a la clase política y puso en la agenda nacional el tema de la legalización de la marihuana con fines lúdicos en los dos principales destinos de playa mexicanos a nivel mundial: Baja California Sur y Quintana Roo.

La propuesta tiene una lógica parecida al proceso que ha tenido Estados Unidos en la materia, donde ya es legal en entidades como California y Colorado, a pesar de la prohibición a nivel federal. En México se podrían hacer las reformas al marco jurídico, principalmente a la Ley General de Salud, pero en año electoral —donde la prioridad está en los votos— se antoja complicado.

El pensamiento en voz alta del titular de Turismo fue hecha en principio como una alternativa para disminuir los estragos del crimen organizado en destinos como Los Cabos y Cancún, cuyos visitantes de todo el mundo dejan una importante derrama económica año tras año. Pero en el ámbito político, la propuesta llega tarde en el contexto de la sucesión presidencial, ya que de haberlo hecho antes del 31 de diciembre de 2017, fecha límite marcada en la Constitución para separarse del cargo a quien aspire a la presidencia, De la Madrid Cordero se hubiera metido de lleno en la contienda presidencial y habría puesto la oportunidad al PRI de rebasar a Andrés Manuel López Obrador por la izquierda. Pero ya vimos la reacción del secretario de Gobernación, Antonio Navarrete Prida, que desestimó la propuesta al acotar que las drogas, como la marihuana, son ilegales por los daños a la salud, no por la violencia.

El ciudadano José Antonio Meade tampoco adoptó la propuesta del secretario de Turismo; extraño, porque el precandidato del PRI es afín a las tendencias de vanguardia mundial. El panista Ricardo Anaya no hizo eco de la propuesta, el tema de la legalización fue excluido de los términos de la alianza con el PRD, partido que en el pasado ha impulsado dicha agenda en el Congreso de la Unión. Y López Obrador se mantuvo en su posición conservadora al respecto y evitó hablar del tema.

No hay duda de que los presidenciables están muy a gusto en la zona de confort que les proporcionan las precampañas, pero el tema de la legalización deberá abordarse en algún momento del proceso electoral; principalmente cuando en Estados Unidos se ha iniciado el proceso de legalización y en México sigue costando vidas la lucha contra el tráfico ilegal de marihuana.