Nuncio apostólico bendice a los papamóviles

El nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, y el secretario general del Episcopado Mexicano, Eugenio Lira, impartieron la bendición a los cinco papamóviles que usará el papa Francisco en su primera visita pastoral al país, del 12 al 17 de febrero, como “misionero de peregrinación y de paz”.

Se trata de dos vehículos Jeep Wrangler y tres camionetas Dodge Ram, de la marca Chrisler, que serán utilizados en la Ciudad de México, Ecatepec, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal, Morelia y Ciudad Juárez, como parte de la visita del sumo pontífice a México.

Asimismo, se impartió la bendición a seis automóviles cerrados Fiat 500L que se usarán para los trayectos largos.

El también coordinador general de la visita del Papa a México, Eugenio Lira Rugarcía, aclaró que los automóviles que llegarán este martes 9 de febrero a las distintas ciudades sedes, no están blindados.

“No son blindados, el santo padre ha asumido esta responsabilidad de su decisión. Es su estilo, tiene ese deseo y lo ha solicitado en todos los lugares que ha visitado, incluso en el Vaticano tampoco es blindado”, comentó.

Entrevistado al término de la ceremonia, el también obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira, refirió que el primer papamóvil que usó Juan Pablo II en 1979, era un “dina rebanado”, no tenía ninguna protección ni nada, era muy sencillo. De hecho, ese vehículo se encuentra en la Arquidiócesis de Puebla.

Pero después del atentado que sufriera Juan Pablo II en 1981 en Roma, “se hizo necesario que el papa llevara una protección especial y los papamóviles fuera blindados, pero ahora el papa Francisco dispone que ya no, que son vehículos sencillos”, expuso.

Dijo que la jerarquía católica mexicana está consciente que el primer papa latinoamericano es espontáneo y le gusta dar sorpresas, “estamos preparados porque todos estamos conscientes que el papa al acercarse a la gente quiere manifestar la cercanía y la ternura de Dios y nosotros queremos precisamente favorecer ese encuentro”.

Los vehículos cerrados están previstos para trayectos más largos, pero “si el papa ve mucha gente se bajara para subir a vehículo abierto, por eso el coche cerrado irá siempre junto al papamóvil”.

Al preguntarle si se trata de un viaje complicado, aseguró que se ha hecho un trabajo muy intenso y coordinado con las autoridades federales, estatales y municipales. “Parece que todo, hasta donde podemos preverlo está bien organizado y será un viaje extraordinario”, dijo.

Héctor Mena, de la Empresa Autopolanco, de distribuidores de Chrysler en la Ciudad de México, detalló que el sumo pontífice no pidió “absolutamente nada”, eso, si, que fueran vehículos sencillos.

“Me tocó la suerte de tener este privilegio, nosotros los entregamos a la Nunciatura pero el tema de donde van a mover cada vehículo, es un tema que le toca a la Nunciatura. Son vehículos que están en comodato a la Nunciatura. Por seguridad de su Santidad revisan por logística algunos puntos clave del vehículo”, abundó.

Las tres Pick Up modelo 2016 fueron elaboradas en México, los asientos son completamente artesanales; mientras que los dos Jeeps se trajeron de Estados Unidos. Se trata de los mismos vehículos que uso el Papa en su reciente visita a ese país.

Embajada del Vaticano

Por una costumbre milenaria, los papas no duermen en hoteles cuando visitan algún país, pasan la noche en territorio propio, o sea en las sedes vaticanas alrededor del mundo.

En su visita al país, el papa Francisco dormirá cinco noches en la Nunciatura Apostólica, es decir, en la embajada del Vaticano, al sur de la Ciudad de México, en la casona 118 de la calle Juan Pablo II, en la colonia Guadalupe Inn.

El jerarca ocupará la misma habitación dónde durmió Juan Pablo II en su paso por tierra mexicana, y la misma que utiliza el nuncio apostólico, monseñor Christophe Pierre.

“Exactamente, en el mismo cuarto. Es un cuarto en donde el papa (Juan Pablo II) ha dormido”, comentó.

Aunque el pontífice visitará otras ciudades: Ecatepec, en el Estado de México; Morelia, en Michoacán; San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, regresará cada noche a la Ciudad de México y dormirá en la Nunciatura.

Solo en el último día de la visita papal, el 17 de febrero, cuando viaje a Ciudad Juárez, Chihuahua, Francisco ya no regresará a la capital mexicana, es decir, concluirá su agenda en esa entidad y de ahí volará directo hacia Roma.