Después de una reunión de tres días, los cinco obispos de Chiapas acordaron unir esfuerzos para caminar juntos y compartir experiencias con la finalidad de apoyar y proteger a las familias.
En el texto leído por el obispo Leopoldo González, subrayaron: “conscientes de que el matrimonio más que una meta alcanzada es el inicio del proyecto de construir juntos una vida común, queremos acompañar a los esposos y a su familia en las diferentes etapas de su crecimiento, ofrecer espacios en los que puedan acudir en los momentos de dificultad y preparar a quienes les escuchen y atiendan”.
A las familias que “han sufrido el dolor de la ruptura de su vínculo matrimonial y han optado por una nueva familia”, les expresaron: “queremos hacerles sentir el amor misericordioso de Dios, que sana nuestras heridas y desde donde nos encontramos nos llama a realizar la esperanza que ha puesto en nosotros; queremos hacerles sentir su cercanía e integrarlos más plenamente a la vida de la comunidad”.
En la sesión de preguntas y respuestas, Martínez Castilla afirmó que “hay dificultades, pero creo que como la familia es algo natural no va a desaparecer; que hay dificultades, sí; entrará en crisis, sí, pero no va a desaparecer. De eso podemos estar seguros. Pero tenemos la obligación de amarla, defenderla y promoverla; tendrá dificultades, no lo podemos negar, y van a tratar de ir contra ella pero no la van a destruir”.
Añadió que “hay nuevas realidades y no tenemos fórmulas para resolver el problema (...) los medios de comunicación han desfigurado la familia y ya no hay esa unidad que se tenía con todas sus cualidades y defectos, algunas veces con el machismo y otra realidad a la que no hemos podido responder es la gran cantidad de violaciones de niños y niñas que hay en el interior de las familias o en los círculos más cercanos, lo que cual es triste y doloroso”.