Además de los errores en el terreno de juego, la directiva Ocelotes de la Universidad Autónoma de Chiapas también acepta que hay otros temas por resolver, y quizá el más importante es el hecho de que desde que los unachenses llegaron a San Cristóbal no han tenido una fortaleza como en su momento la tuvieron en Tapachula.
“No tenemos campo, el estadio solo lo tenemos para jugar, no para entrenar; entrenamos en una cancha de pasto sintético y jugamos en una de pasto natural, pareciera que nosotros cuando jugamos en San Cristóbal jugáramos como visitantes”, dijo preocupado Juan Guillermo Gutiérrez, presidente del equipo universitario.
Ante la falta de infraestructura en San Cristóbal, los felinos universitarios han vuelto a analizar la posibilidad de mudarse a Tuxtla para el siguiente torneo, esperando a ver si se mantendrán en la actual Serie B, la cual de acuerdo al reglamento no tiene derecho al ascenso.
“La idea sería que el equipo jugara en Tuxtla, y si está en Serie B pudiera jugar en el estadio de Ciudad Universitaria con el permiso del presidente de la Liga Premier, o si nos dan la oportunidad de jugar en Serie A podríamos jugar en el estadio Víctor Manuel Reyna, y en Tuxtla tenemos una población de 11 mil estudiantes y aparte los trabajadores y exuniversitarios que nos pueden apoyar”, apuntó.
Por otro lado, el arribo a la capital chiapaneca no solo beneficiaría al club usando sus propias instalaciones, sino también porque ahí hay mayor posibilidad de apoyar a los estudiantes que desean jugar profesionalmente
“Se ha platicado con el rector, Carlos Eugenio Ruiz Hernández, porque nos crea problema que alumnos de la universidad vayan a jugar a San Cristóbal porque la distancia de una hora ya es mucho; entonces, un jugador que entrena en la tarde pero que estudia en la mañana empieza a carrerear y queda mal en su escuela. Tuvimos alrededor de siete alumnos de la Universidad, pero les fue muy difícil estar en un torneo y en el siguiente ya no pudieron estar”, concluyó el presidente.