Terminó la aventura de Ocelotes de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) en el Apertura 2017 de la naciente Liga Premier, y aunque el objetivo de calificar a la liguilla no se concretó, los números son un reflejo de que se está trabajando bien, y hay cimientos fuertes para pensar en un buen futuro a mediano plazo.
Para nadie es un secreto que hoy en día el equipo de mayor tradición en el fútbol chiapaneco es Ocelotes de la Unach, lo que se traduce en un mayor compromiso para el club en los próximos torneos.
En esta nueva Liga, Ocelotes encaró 13 partidos: siete de ellos en casa, y seis en territorio ajeno, arrojando un saldo de cinco victorias, tres en calidad de local y dos de visita; tres empates y cinco derrotas, dos de ellas en el municipal de San Cristóbal.
En el goleo, Ocelotes tuvo una producción de 21 goles a favor y trece en contra. Una suma importante en esta cifra de goles a favor, se consiguió en el partido de la fecha dos, cuando superó 7-0 a Ciervos del Estado de México.
Pero una de las prioridades de la Unach es darle oportunidad a la juventud chiapaneca, y en este torneo esa filosofía se mantuvo intacta con un plantel conformado por un 70 por ciento de talento local de entre 18 y 22 años; cuatro de Tuxtla Gutiérrez, tres de Tapachula, tres de Pijijiapan y tres de San Cristóbal; Reforma, Huitiupán, Cintalapa, Acapetahua y Cacahoatán aportaron un jugador por municipio, muchos de ellos combinando el fútbol con el estudio.
Con base en este plantel, Ocelotes promedió cuatro jugadores por partido, destacando a Eduardo Cabrera Sánchez, de Tuxtla Gutiérrez, capitán y hombre de hierro de los felinos, que junto a Damián Pelayo, de Colima, sumaron todos los minutos de la temporada enfundados en la camisa de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Con estas armas, y los refuerzos que lleguen a la institución, los felinos universitarios trabajarán de cara al siguiente Clausura 2018 de la Liga Premier, con la misión de superar lo conseguido en el Apertura 2017 y regalarle más alegrías a la fiel afición de San Cristóbal de Las Casas