Oficial lesionado dos veces en el mismo lugar

Una camioneta de lujo impactó a una patrulla de Tránsito Municipal. La conductora iba hablando por teléfono y llevaba a su pequeño en el asiento del copiloto.

Con una llamada a su ajustador resolvió el problema del daño material. Pero el dolor físico del oficial no tuvo alivio. Recordar un accidente reciente, en el mismo lugar, le duplicó el malestar al agente.

El agente de Tránsito Municipal sonríe forzadamente. Es que un compañero suyo le dice: “Te pegaron y antes de tomar café. En ayunas. Se antoja un atolito”.

Es que el día luce nublado, con un clima frío: llovió la noche del martes. Son las 7:30 de la mañana. El oficial se toca el hombro derecho y exclama. “Mejor un tequila estaría bien”.

Su compañero, quien conducía la patrulla, no habla. Parece molesto y pensativo. Hay pocas patrullas y una menos no es grata noticia.

El oficial lesionado voltea al crucero donde fue el accidente, suspira y dice: “Toy salado. Ya van varias. Hace poco aquí mismo, un loco hizo dar vuelta el Tsurito en que iba yo”.

Se refiere al crucero de bulevar Ángel Albino Corzo y Juan Pablo II, en la colonia Castillo Tielemans.

Allí fue impactado el auto particular en que viajaba, también como copiloto. Estaba franco. “Nos aventó al otro lado de la carretera. Quedé tirado boca arriba”, recuerda.

Ahora no quedó tirado, pero otra vez, en el mismo lugar y de nuevo como copiloto, y en ninguna de las dos veces tuvo culpa.

La unidad oficial marca Dodge, placas DSN-3561, con número económico PC-514, circulaba de oriente a poniente sobre el bulevar citado.

Por atrás, al llegar al semáforo, los impactó la camioneta de lujo marca Ford tipo Escape, color gris, placas DST-7805, de Chiapas. Conducía una mujer.

“La conductora iba hablando por teléfono y llevaba a su pequeño en el asiento del copiloto”, dijo el oficial.

Aun así no la recriminaron. En silencio se orillaron y esperaron el arribo del ajustador de la aseguradora, de ella. La patrulla no tiene póliza de seguro.