Papa insta a cardenales a “no sentirse príncipes”

El papa Francisco impuso el birrete colorado con el cual elevó a la dignidad de cardenales a cinco clérigos, a los cuales llamó a evitar sentirse príncipes en la Iglesia y disponerse al servicio.

Ante decenas de otros purpurados y más de cuatro mil fieles congregados en la Basílica de San Pedro del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio presidió el Consistorio Ordinario Público, el cuarto de su pontificado.

En el sermón, el líder católico instó a los cardenales a “seguir con decisión” el camino de Jesús y a mirar la realidad, sin distraerse en otros intereses y en otras perspectivas.

“La realidad es la cruz, es el pecado del mundo que él ha venido a tomar consigo y arrancar de la tierra de los hombres y de las mujeres. Son los inocentes que sufren y mueren a causa de las guerras y el terrorismo; es la esclavitud que no cesa de pisar la dignidad también en la época de los derechos humanos”, dijo.

“La realidad es la de los campos de prófugos que a veces se asemejan más a un infierno que a un purgatorio; la realidad es el descarte sistemático de todo lo que ya no sirve, incluidas las personas”, agregó, hablando en italiano.

Luego, les advirtió que Cristo no los llamó a su nueva misión para que se conviertan “en príncipes de la Iglesia” o para que se sienten a “su derecha o su izquierda”, sino que los convocó a servicio, “como él y con él".

"Él los llama –siguió- a afrontar con su misma actitud el pecado del mundo y sus consecuencias en la humanidad de hoy".

Bergoglio cumplió todos los ritos propios de la imposición del cardenalato: Impuso el birrete colorado y colocó el anillo del pescador a los cinco purpurados, entre ellos el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez.

Además de Jean Zerbo, arzobispo de Bamako (Mali); Juan José Omella Omella, arzobispo de Barcelona (España); Anders Arborelius, obispo de Estocolmo (Suecia) y Luis Marie-Ling Mangkhanekhoun, vicario apostólico de Paksé (Laos).

Tras el Consistorio Público, el papa Francisco y los nuevos cardenales fueron a visitar al papa emérito Benedicto XVI a su residencia “Mater Ecclesiae”, ubicada en el corazón del Vaticano, para saludarle e intercambiar unas palabras con él.