Jóvenes y señoritas del Laboratorio Ciudadano, Bicimovilízate y el Museo de la Ciudad, pusieron manos a la obra para pintar pasos peatonales y plasmar joyas de poetas chiapanecos en el corazón de la capital chiapaneca como parte del programa “Tuxtla te comería a versos”.
Las manos lucen manchadas de pintura blanca. Los rostros están sonrojados por los candentes rayos del sol. Ya casi es mediodía. El grupo de jóvenes y señoritas está en la 3a calle Poniente y 1a Norte de Tuxtla Gutiérrez.
La pintura está por acabarse y aún faltan varios cruceros aledaños. Luis Andrés se endereza y explica que el trabajo nada tiene que ver con el Ayuntamiento capitalino.
“No, es por parte de la asociación civil Laboratorio Ciudadano”, de la cual él y 18 más que trabajan, forman parte.
“El gobierno no mueve un dedo, poco le importa la ciudadanía”, explica y remoja el rodillo en la poca pintura acrílica en el recipiente.
Sus compañeras pintan sobre el pavimento de la 3a Poniente y 1a Norte, el verso de Andrea Abarca: “Estoy a una coma de crear una ciudad en que puedan convivir tus apariciones con las mías”.
Poesía
La poetisa buscaba un sitio alejado de la ciudad real, donde es complicado hallar armonía por el abandono gubernamental, con calles destrozadas, inundadas por aguas negras, fugas de agua potable, oscuras, inseguras como las de la capital chiapaneca.
Y son estos jóvenes los que con pocos recursos, pero con muchas ganas y actitud buscan cambiar un poco la deprimente realidad.
Y “matan” dos pájaros de un tiro. Con los pasos peatonales buscan fomentar la cultura vial y con los versos plasmados, fomentar las letras chiapanecas.
Será desde la Calle Central a la 3a Poniente y de la Avenida Central a la 4a Norte, donde se verá esta obra denominada “Tuxtla te comería a versos”.
Así, podrán leerse joyas de Chary Gumeta, Fernando Trejo, Joaquín Vásquez Aguilar, Rosario Castellanos, Efraín Bartolomé, entre otros.
El reloj indica que son las 13:00 horas. El pozol espera en el Museo de la Ciudad. En la 2a Norte y 2a Poniente queda escrito el verso de Enoch Cancino Casahonda “He de volver a ti como un suspiro al viento”.
Las rayas de cebra y los versos durarán poco, cual suspiro; pero los jóvenes prevén volver. Lo hicieron hace tres años y seguirán en esta ardua labor.