Por un uso social efectivo de lenguas maternas
Del Val es director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad. Cortesía

El Estado mexicano, a escala nacional, es racista, y al denominar mestizos a algunas personas, los convierte en nada, “pues los indígenas tienen identidad, los demás no. El Estado se la quita, se la esconde, por ejemplo, al no existir una política que asegure el desarrollo de las lenguas originarias.

Es el tema que pone a discusión el etnólogo José del Val, director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a propósito de la celebración, el 21 de febrero, del Día Internacional de la Lengua Materna.

En el ámbito literario, explica el etnólogo Del Val en entrevista con La Jornada, se ha logrado que ya no se hable de poesía indígena, sino simplemente de poesía, sin etiquetas, “pues ha habido un florecimiento extraordinario; sin embargo, el sistema educativo del país no contempla la enseñanza de las lenguas originarias.

“En ninguna región de nuestro territorio las lenguas indígenas tienen un uso social efectivo. ¿Cómo es posible que 50 por ciento de los habitantes de la península de Yucatán hablen maya y no existan una sola primaria, secundaria, preparatoria o universidad en ese idioma?

“La idea del Estado centralista, o lo que llamo ‘aztequismo priísta’, es generar un modelo de sociedad que no reconoce las diferencias, por tanto, no permite ni el desarrollo ni la expansión de las lenguas para su uso social en la vida cotidiana.

“La discriminación racista modula la cultura nacional, el ejemplo más claro es que para el proyecto educativo oficial lo más importante es que todos hablemos inglés, para convertirnos en gringos completamente. Se trata de la estrategia estadounidense: se llevan a los jóvenes mexicanos, meten a los neoliberales educados a sus universidades, con su modelo de sociedad. Después, cuando regresan y están en el poder, nos quieren imponer el modelo gringo, pero además a lo tonto, porque son muy ignorantes”, destaca.

Del Val considera que es una muestra de paternalismo racista hablar de “rescate” o “promoción” de una lengua indígena, porque son los portadores los únicos que deben decidir qué hacer con su lengua, “nosotros no tenemos atribuciones para ello. Pero el propio Instituto Nacional de Lenguas Indígenas ha metido el desorden”.