¿Qué piensan los españoles de la Independencia?
Actualmente, para los españoles no es importante el 15 de septiembre, según explicó el historiador Alejandro Rosas.

Toda historia tiene múltiples aspectos para contarla, generalmente la visión del vencedor y del vencido no coinciden. En el caso de la Independencia de México, los españoles tienen una visión totalmente diferente a la nuestra como mexicanos.

Para los mexicanos, es un movimiento que inicia la noche del 15 de septiembre con el Grito de Dolores y que concluye el 27 de septiembre de 1821 cuando el Ejército Trigarante entra a la Ciudad de México encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.

Para los españoles, es un periodo de insurgencia en una de sus colonias. El historiador Alejandro Rosas explica la diferencia: “Para los mexicanos la noche del Grito es lo máximo y es, quizá, la fecha cívica más importante de todo el año. Para los españoles, desde el momento en que inició la Independencia fue un desastre, porque perdieron el Virreinato más grande que tenían en América, perdieron sus posesiones y se dolieron tanto que, cuando en 1821 se consumó la Independencia, la Corona Española no la reconoció”.

España reconoce al México independiente hasta diciembre de 1836, cuando se firma el Tratado Santa María-Calatrava, que recibe el nombre por quienes lo firmaron: Miguel Santa María y José María Calatrava.

La historia que se ha enseñado en ambos países es diferente; mientras que para los mexicanos se trata de la historia de una liberación, para los españoles este acontecimiento representa un levantamiento social que terminó en una pérdida de su influencia.

Citado por el diario El País, Rodrigo Escribano, investigador del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid, explica que en Europa ha permeado una visión colonialista.

Los historiadores del siglo XIX y el franquismo construyen una historia colonial, que subraya el papel civilizatorio de la nación española. Es una visión eurocéntrica, de caracteres paternalistas, imperialistas, que no está tan interesada en inculcar en los niños un mínimo conocimiento de lo que fueron el descubrimiento y la conquista sino en fortalecer el orgullo nacional.