Cuatro décadas son las que estará cumpliendo en el mes de noviembre como luchador el Rayo de Jalisco Jr., gladiador que heredó de su padre el gusto por la Lucha Libre, pero también el nombre de una leyenda que durante todo este tiempo ha sabido poner en alto. En su visita a Tuxtla platicó con algunos medios de comunicación sobre lo que está por vivir.
Antes de la conferencia de prensa, el luchador originario de Guadalajara señaló que estos 40 años de trayectoria los festejará con la publicación de su libro, en el que imprimirá todo lo que un luchador vive día con día, desde logros hasta lesiones.
Rayo de Jalisco Jr. dijo ser una persona que se cuida mucho: no toma, no fuma, tiene una alimentación estricta, y por eso se ha mantenido en los encordados. “Mis compañeros me decían que me retirara al cumplir 25 años, pero pasaron, después llegaron los 30, los 35 y mira ahora, ya vamos por los 40”.
Para el gladiador la Lucha Libre ha cambiado en todo, incluso en su forma de difusión, porque ahora con el internet es más fácil darse a conocer y no necesariamente hay que pertenecer a una empresa nacional que lo mueva.
No olvida que hace ocho años salió del Consejo Mundial de Lucha Libre y dijo estar agradecido, pero eso no hizo que la gente lo olvidara, al contrario, tuvo más trabajo, por lo que se vio obligado a radicar en Europa por cuatro años, viniendo a México esporádicamente para dar algunas presentaciones.
Respecto a Chiapas, el hijo de don Max Linares recuerda que hace muchos años hubo un promotor de nombre Raquel Coutiño, con quien entabló una amistad que a la fecha mantiene con su hijo, por lo que acepta gustoso siempre venir a Tuxtla.
El luchador también habló sobre lo sucedido hace algunos meses con la muerte del Hijo del Perro Aguayo. “Fue muy triste, yo lo conocí desde pequeño, jugaban en la arena con mi hijo, lo veías correr, subir, bajar, pero así es este deporte y nos puede pasar a cualquiera de nosotros”, sentenció.