El papa Francisco recordó durante su discurso ante los diplomáticos acreditados en el Vaticano con motivo del saludo de año nuevo, que la violencia de los terremotos que golpearon a México en septiembre de 2017 son una muestra de que la “naturaleza puede ser cruenta”. 

Aseguró que uno de los deberes urgentes de la actualidad es el “cuidado de nuestra Tierra”.

“Lo hemos visto el año pasado con los terremotos que han golpeado en distintos lugares de la tierra, especialmente en los últimos meses en México e Irán”, dijo.

Recordó también la fuerza de los huracanes que han afectado a varios países del Caribe.

Estableció que, si bien esos fenómenos no dependen del ser humano, existe una responsabilidad primaria del hombre en la interacción con la naturaleza y alertó contra los “efectos devastadores” del cambio climático, con el aumento global de las temperaturas.

Por eso llamó a afrontar, con un esfuerzo colectivo, la responsabilidad de dejar a las generaciones siguientes una Tierra más bella y habitable, trabajando a la luz de los compromisos establecidos en 2015 por el Acuerdo de París, durante la COP21.