Las cafeterías literarias, las exposiciones y los festivales vuelven a Mosul para recobrar el alma cultural de esta ciudad iraquí después de tres años de ocupación yihadista.
En la cafetería Foro del Libro, hombres y mujeres de distintas edades sentados en banquetas conversan sobre su pasión por la literatura. También hablan de música, política o historia.
Beben té, café o jugo y algunos fuman narguile, mientras escuchan a un poeta declamar versos desde un estrado, acompañado por un músico que toca el laúd oriental.
Frente a él, en la única pared que no está tapizada de libros, unos cuadros forman una galería de retratos, entre los que destacan los del poeta iraquí del siglo X Mutanabbi y el palestino Mahmud Darwish (1941-2008). También hay lienzos abstractos.
“Mientras vivíamos bajo el yugo del EI, pensé que hacía falta abrir este lugar. Había que informar a la gente, alumbrar el entendimiento, traer ideas nuevas”, asegura Fahd Sabah, cofundador del proyecto iraquí.