Reparan 450 inmuebles y 41 zonas arqueológicas
Tras los sismos lo que se hizo fue un censo para empezar con los trabajos de restauración.

Un total de 450 inmuebles y 41 zonas arqueológicas han sido restaurados por completo, como parte del Plan Maestro, organizado para salvaguardar, intervenir, reparar y rescatar los bienes arquitectónicos y artísticos afectados por los sismos ocurridos en 2017, informó la Secretaría de Cultura.

La dependencia federal recordó en un comunicado que a raíz de los movimientos telúricos que sacudieron al país hace un año, dos mil 340 bienes inmuebles y cinco mil 789 muebles de once estados de la Repúblicas tuvieron daños.

De esos más de dos mil edificios estropeados, las autoridades registraron daños severos en 431, moderados en mil 19 y con daños menores en 890; los casos más graves se suscitaron en aquellos incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por su sigla en inglés).

Entre ellos los 14 monasterios franciscanos ubicados en las faldas del volcán Popocatépetl, el Centro Histórico de Xochimilco, en la capital del país, y otros en las ciudades de Oaxaca, México y Puebla.

Los encargados de aplicar este Plan Maestro son la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, en colaboración con los tres niveles de gobierno, grupos comunitarios, instituciones académicas, asociaciones religiosas, organismos privados e instancias internacionales.

Entre las primeras acciones que se tomaron fue levantar un censo de daños, verificarlos con mil 100 especialistas distribuidos en 48 brigadas y destinar recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para garantizar la seguridad de las personas, además de prevenir estropicios más graves.

En este esfuerzos fueron analizados templos, conventos y capillas virreinales y del siglo XIX, además de museos, zonas arqueológicas y obras vernáculas de valor artístico. Los participantes hallaron daños sobre todo en retablos, órganos, campanas, mobiliario histórico, pinturas de caballete, murales, vitrales, portones, decoraciones de argamasa, yeserías y elementos escultóricos en fachadas.

Paralelamente se lanzó la convocatoria “Intégrate a la restauración del patrimonio cultural”, con el objetivo de sumar a estudiantes, profesionistas, académicos y universidades a los trabajos de recuperación.

También gestionó los recursos de la Póliza del Seguro contratado por el INAH y se visitaron más de dos mil 500 inmuebles con ajustadores para certificar los daños; conformaron un Comité Técnico-Científico para analizar los problemas de mayor complejidad técnica y se integró un Comité Ciudadano con reconocidos miembros de la sociedad civil para dar continuidad y transparencia al proceso de restauración.

La primera fase se hizo de octubre 2017 a marzo de 2018, con acciones emergentes de apuntalamiento y salvaguarda, valoración de los daños, creación del esquema de financiamiento y la conclusión de los primeros trabajos de restauración.