El fuego consumió sus cosas, pero no su fortaleza de mamá

Ni siquiera una escena de horror de cualquier película es capaz de describir los momentos de temor y angustia que vivió la señora Verónica mientras su pequeña vivienda era consumida por el fuego.

Confiesa que la única razón por la que sacó fuerzas de la nada, es porque pensó en sus hijos y sabe que dependen de ella.

Fue a eso de las 2:00 de la madrugada del pasado sábado cuando Verónica se dio cuenta de que estaba en medio de las llamas y del humo que consumían su vivienda, ubicada en la colonia Miravalle, cerca del libramiento Norte de Tuxtla Gutiérrez.

Comenta que no se dio cuenta de que el cilindro de gas que tenía al interior de su vivienda estaba con una fuga, lo que combinado con una veladora encendida provocó que el fuego consumiera los muebles de madera, un refrigerador, ropa y todos los electrodomésticos.

Cuando despertó solo podía ver humo en la parte del techo de lámina, sentía un intenso calor y la respiración se le dificultaba.

En medio de lo que parecía una de las peores pesadillas, logró reaccionar y, como pudo, agarró un florero que tenía agua y mojó un trapo, que se colocó en la nariz, lo que le permitió respirar un poco y concentrarse en salir.

Pero la complejidad no era solo el fuego y el humo, sino que el cilindro de gas giraba sobre su propio eje impulsado por el fuego que salía por la fuga y que lo convirtió en un obstáculo para poder abrir la puerta y salir en dirección al patio de la casa.

Sin tener claro cómo lo logró, asegura que guardó la calma y pudo escapar de las voraces llamas y salir al patio, aunque sí sufrió algunas quemaduras (en la cara, la espalda y el brazo).

En tanto, los vecinos al observar el fuego al interior del domicilio temían lo peor, pues la señora Verónica es madre de cuatro pequeños, un niño y tres niñas desde los cinco hasta los 11 años de edad.

A pesar de que gritaban desde las afueras de la vivienda, no lograban respuesta alguna, por lo que tenían la esperanza de que al interior de la casa no hubiera nadie.

La señora Verónica nos compartió que esa noche ella debía ir a la casa de su mamá en El Jobo, en donde sus hijos se quedaron, pero no le fue posible encontrar transporte y mejor decidió quedarse en casa a dormir sola.

Con la mirada un poco perdida, por la situación que ahora atraviesa, confiesa que todo quedó destruido y prácticamente tanto ella como sus hijos se quedaron sin nada, además de que el sitio donde vivía era rentado, por lo que deberá asumir las reparaciones del mismo.

Las altas temperaturas que se alcanzaron al interior de la vivienda con techo de lámina provocaron que la losa del piso estallara, además de que el repello de las paredes se destruyera.

Sillas, mesas y muebles de madera se redujeron a cenizas, al mismo tiempo que solo quedó el cuadro metálico del refrigerador; incluso, un pequeño ventilador se redujo a la nada prácticamente, pues solo se quedó el motor metálico.

La señora Verónica hizo un llamado a la sociedad y en especial a las personas de buena voluntad para realizar alguna donación que le ayude a superar este momento. Para ayudar961 457 1267

Número de contacto del señor Erick

quien es jefe de la señora Verónica