“Revivirán” el Árbol de Navidad

Serán más de 400 mil árboles nativos, dentro de un área de 700 hectáreas (ha), los que se reforestarán dentro del Parque Nacional Cañón del Sumidero para que el denominado ”Árbol de Navidad” vuelva a tener agua que descienda por la pared donde se formó esta área natural.

Debido a las actividades humanas en la zona, el subsuelo perdió la capacidad para retener agua y filtrarla hacia la cueva, situada sobre una de las paredes del Cañón, lo que originaba una cascada de aproximadamente 250 metros, misma que se fue perdiendo año con año.

“El biólogo Esquinca realizó un proyecto, el cual se fundió con recursos federales, para luego trabajar con dos comunidades que están en la zona del Árbol de Navidad, ahí se determinó que en 700 hectáreas debía hacerse un trabajo de restauración de suelos para la retención de agua”, indicó el titular de la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), Carlos Morales Vázquez.

Agregó que también se incluirán trabajos de mampostería y de creación de cárcavas para que en el suelo ya no existan erosiones. Este proyecto arrancó el año pasado, presentando un avance del 70%, quedando pendiente únicamente las plantaciones.

La reforestación del lugar se dejó al último para sincronizarlo con la temporada de lluvias, las cuales oficialmente han comenzado desde la segunda quincena de mayo, esto tendría un mayor impacto en la humedad del suelo.

Cabe señalar que en años anteriores, espeleólogos realizaron trabajos de desazolve dentro de la cueva, que es la fuente principal de la cascada, sin embargo, a pesar de ser trabajos de gran ayuda esto no fue la solución del problema, ya que se detectó la falta de retención de agua por parte del suelo y subsuelo.

Con la siembra de nuevos árboles se espera que con las próximas lluvias el agua sea retenida en el subsuelo y poco a poco descienda hasta la caverna que aguarda al vital líquido.

“Esta plantación la estaremos terminando a finales de julio y principios de agosto; se plantarán 460 mil árboles, entre ellos de forraje, que sirve para el ganado y también ejemplares maderables. El otro objetivo es que a los dueños de los predios de la zona, no sean afectados en su vida diaria”, detalló.

Para el secretario de Medio Ambiente la falta de escurrimiento sobre el Árbol de Navidad obedeció a la actividad humana en la zona, como son las prácticas de la agricultura y ganadería, las cuales ocasionaron un deterioro en la capa vegetal.

“Todo tiene que ver con un efecto de las actividades humanas, el hecho de que tengamos menos lluvias tiene que ver con la deforestación, si a ello sumamos el deterioro vegetal, nos arroja la pérdida de la capacidad de captación de agua”, finalizó.