Una comisión de senadores aprobó por 15 votos a favor y cinco en contra el informe que recomienda la apertura del impeachment (juicio político) contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su eventual separación temporal del cargo.
La decisión de la comisión era esperada y había sido anticipada por los propios senadores a la prensa.
El voto favorable de más de la mitad de la comisión era un paso imprescindible para que el juicio político avanzara hacia su fase crucial en el plenario del Senado.
El futuro de Rousseff como presidenta de Brasil estará ahora en manos del plenario del Senado, conformado por los 81 senadores de la Cámara Alta, que la próxima semana –probablemente el miércoles día 11- votarán si abren el juicio político o lo archivan.
También en esa fase el resultado de la votación parece estar ya cierto en contra de la presidenta, ya que las encuestas y sondeos de los diarios brasileñas apuntan a que más de 41 senadores –mayoría simple necesaria- votarán la próxima semana a favor de abrir el juicio político.
Ello supondrá el apartamiento de Rousseff de la presidencia durante un plazo máximo de 180 días, mientras es juzgada por un supuesto “crimen de responsabilidad” en el manejo de las cuentas públicas en 2014 y 2015.
En ese escenario, asumirá el poder el actual vicepresidente, Michel Temer, quien lleva semanas componiendo un gabinete y tejiendo alianzas con partidos políticos para apoyar su gobierno.
La primera presidenta de Brasil volvió a criticar a Temer, a quien lleva semanas acusando de “conspirador” al mando de un plan de “golpe” para deponerla y alcanzar el poder sin el aval de las urnas.
“Todos aquellos que son beneficiarios de este proceso, como por ejemplo los que están usurpando el poder, infelizmente el vicepresidente de la República, son cómplices de un proceso extremadamente grave”, dijo Rousseff en el Palacio del Planalto.