La primera de las dos noches de desfiles de las mejores escuelas de samba de Río de Janeiro estuvo marcada por la ácida crítica social al pasado esclavista y a la corrupción en Brasil, mientras un nuevo incidente con una carroza provocó escenas de temor un año después de que un accidente dejó un muerto y heridos.

Seis escuelas de samba del grupo especial –la ‘primera división’ de las agrupaciones sambistas- desfilaron durante la madrugada del domingo por la Avenida Marqués de Sapucaí, llamado popularmente Sambódromo, en un clima de altas temperaturas por el verano del hemisferio Sur.

Como es tradicional, cada una de las seis escuelas presentó sus alegorías e hizo bailar y desfilar a más de 15 mil personas en el Sambódromo, donde hubieron críticas sociales a la política, el pasado esclavista de Brasil y la corrupción.

La escuela Paraíso do Tuiuti dedicó su desfile al tema de la esclavitud en Brasil, el país del mundo occidental que tardó más en abolir la trata de personas tras más de 350 años funcionando en minas, cañaverales y fincas ganaderas.

Mangueira, una de las agrupaciones más célebres de Río de Janeiro, presentó por su parte el tema de los cortes presupuestales que afectaron a las escuelas de samba, después de que el alcalde de Río, Marcelo Crivella, evangélico y equidistante del Carnaval, anunciara cortes en las subvenciones.

“Alcalde, pecado es no disfrutar el Carnaval”, se leía en una de las carrozas de Mangueira, en referencia a la polémica de que Crivella –elegido en 2016- habría cortado los recursos públicos al Carnaval por razones religiosas, algo que él negó varias veces.