Sargazo de mi vidaza

El futuro nos sigue alcanzando, no precisamente como en la película Soylent Green, sino que llegó al paraíso turístico de la Rivera Maya en forma de alga muerta procedente de lejanos mares. El fenómeno es consecuencia del daño al medio ambiente, pero el costo lo paga el turismo en la zona debido al alto número de cancelaciones de viaje en pleno verano.

Al llegar a la costa en cantidades enormes, el sargazo despide azufre al que se le identifica comúnmente como “olor a huevo podrido”; esto aleja hasta al más entusiasta de los bañistas. El uso de maquinaria para retirar esta alga tóxica daña la arena de nuestras playas del Caribe.

Aunque es un asunto del gobierno federal, ahora se encuentra muy ocupado en las labores de la transición; será la administración de Quintana Roo la que tenga que sortear el imprevisto de la naturaleza, especialmente con los hoteles que están enterrando el sargazo debajo de la arena, como la mugre bajo la alfombra.

Periscopio. Después de 18 años, termina la sección “Mil cosas más” del diario Milenio, periodismo impreso que hizo escuela con memorables entregas de “Quien Resulte Responsable”; “El Pasón”; “El Ángel Exterminador” y otras no menos detestables. Un estilo donde se impone el valor del periodista para reírse de sí mismo, formato que fue novedoso entre la oferta de periódicos en México hace ya casi dos décadas, cuando la política dejaba de ser tan litúrgica y ceremoniosa con Vicente Fox al frente de la caballada. Ahora, por las tendencias de los mercados y los hábitos de compra de los consumidores, las empresas de medios se han visto obligadas a buscar publicidad en las distintas plataformas digitales, pero también por el necesario equilibrio debido la caída en el ingreso en este rubro como consecuencia del cambio de sexenio. Y no hay duda de que los contenidos de calidad sabrán adaptarse al escenario de un mundo con cada vez menos papel.

Bitácora de lo absurdo. Otra vez Gerardo Fernández Noroña es tema y comidilla en las redes sociales por su gusto por las salas de espera VIP en los aeropuertos; por su refinado paladar que exige los mejores restaurantes de la zona hotelera de Polanco; su frenesí por conducir un lujoso BMW y contemplar el mundo con sus gafas oscuras.

Las postales anteriores se han contrastado con el discurso “anti-sistema” de Noroña, al negarse a pagar por el servicio de energía eléctrica, casetas de peaje y hasta por utilizar el baño, exige que le pongan alfombra roja hasta el retrete. Porque él es de “izquierda” y los demás son espurios, según mira por sus gafas oscuras.

Lo preocupante es que este señor asumirá como diputado federal en próximos días y con esos desfiguros, Noroña es un factor de desprestigio para el “movimiento”. De tener vergüenza, Noroña debería solicitar licencia tan pronto asuma y darle paso a su suplente, Balfre Vargas Cortez, quien ya fue legislador propietario en la LXI Legislatura y antes diputado local en la IV Legislatura de la ALDF.