Sergio Pitol, el viajero incansable
Autoridades de los institutos de cultura montaron guardia de honor al pie del féretro de Pitol. Cortesía

El escritor y traductor Sergio Pitol, una de las voces literarias más relevantes de México e Iberoamérica, falleció a las 9:30 horas en su casa de Xalapa. Sus restos fueron velados en Bosques del Recuerdo y luego cremados.

La muerte de Pitol, premio Cervantes de Literatura, se debió a complicaciones de la afasia que padecía desde hace varios años. Laura Demeneghi, sobrina del narrador, dijo que su tío pasó una noche difícil y falleció por la mañana en su habitación, en la casa ubicada en la calle Pino Suárez número 11, en la capital veracruzana.

Hace unos días, con motivo de su cumpleaños 85, La Jornada visitó al autor de El arte de la fuga, quien se encontraba rodeado por fotografías familiares, los recuerdos de sus viajes a los lugares más remotos del mundo y las traducciones de sus obras a lenguas como el polaco, italiano y húngaro.

Sergio Pitol, incansable viajero, convirtió sus periplos en uno de los móviles de su obra literaria, que ha marcado a varias generaciones de lectores y escritores en América Latina y el mundo.

Lidia Camacho directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes definió a Sergio Pitol como “un gran embajador de otras culturas en nuestro país (...) gracias a él conocimos autores que de otra manera sería difícil haber tenido acceso, con el carácter excelso con la que tradujo a Conrad y James”.

El director del IVEC, Enrique Méndez, que también estuvo presente en el velorio dijo que “Sergio Pitol estará con nosotros por siempre. Y es nuestra responsabilidad que las nuevas generaciones lo conozcan. Estamos de luto, muy tristes, pero trabajando para que Pitol tenga un homenaje acorde a su personalidad”.

Lidia Camacho, Enrique Méndez, Laura Demeneghi y otros familiares montaron una guardia de honor en torno a féretro.