Siniestro pasado: Realidad refuta el discurso oficialista

Publicado el sábado 4 de febrero de 2006Héctor Narváez / CP“Estoy seguro que vamos a establecer un nuevo récord en la reconstrucción total, rápida, de calidad, de las carreteras, los puentes, los caminos, de las viviendas, de los hospitales, de las escuelas, de todo aquello que fue destruido o afectado”. Esas fueron las primeras palabras del mandatario de México, Vicente Fox Quesada, al visitar las zonas devastadas que dejó el huracán Stan, hace cuatro meses. Hoy la realidad lanza un discurso totalmente opuesto.

Al igual que Josefina Vázquez Mota, que dejó la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) para ser la coordinadora de campaña del candidato del PAN a la Presidencia de la República, Felipe Calderón, y quien dijo que “esta tragedia puede ser el espacio de la reconstrucción de la política”, el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, basó su discurso en que “la esperanza del pueblo es más fuerte que cualquier cataclismo”. Sin embargo, los hechos hablan por si solos.

En los 41 municipios afectados por las inundaciones de octubre pasado, muy poco, o casi nada, ha cambiado, a pesar de que los gobiernos elaboraron un Plan de Reconstrucción, en donde se detalla los trabajos que hasta la fecha no se están ejecutando.

En ese compendio de 118 hojas Vicente Fox asegura que “las autoridades federales, estatales y municipales elaboramos un código que salvaguarde la integridad física y el patrimonio de las familias. Impulsamos una reconstrucción con sentido humano, con visión de largo plazo”. Pero, a decir de los propios afectados, esto no se ha llevado a la práctica.

Además, el desazolve de los ríos de el Soconusco y la Sierra no han sido atendidos hasta estos días, a pesar que la Conagua tiene como periodo para realizar estas obras desde enero hasta diciembre de este año.

Por lo menos, la preocupación se agudiza en el municipio de Villa Comaltitlán, en donde los comuneros han encarado en la últimas reuniones al Comisionado para la Reconstrucción en Chiapas, Horacio Schroeder Bejarano, para recordarle que es urgente arreglar los tres ríos que pasan por este lugar: Vado Ancho, Chachalaca y Despoblado.

Lo mismo sucede en Huixtla, en donde se han dividido los comisariatos ejidales y los damnificados, para pugnar que se realice el dragado del río Huixtla, sobre todo porque a 120 días de la tragedia, ni se han movido los escombros de las 12 colonias anegadas ni se cuenta con la certidumbre de que les devolverán sus viviendas perdidas, sobre todo después que el Instituto de la Vivienda en Chiapas comprara el predio “Santa Ana”, que se asegura está en zona de riesgo.

Por ello, algunos afectados se resignan a no seguir en la lucha y han decidido edificar improvisadas chozas en donde alguna vez tenían sus casas, encima de la destrucción en el río Huixtla.

También, en Tuzantán se sufre el mismo pesar, porque a cuatro meses del azote del fenómeno hidrometeorológico más devastador de toda la historia, las comunidades de la parte alta y baja siguen con problemas con sus caminos, como en Cuarto Cantón, El Amatal, al igual que en Huehuetán.

En Mazatán, la radiografía de los daños no ha cambiado. Desde la entrada se siguen apreciando las afectaciones en cosechas de maíz y plátano. Las calles aún tienen las huellas del agua.