Teñir con caracol púrpura, técnica mixteca ancestral

Cuando las olas del mar bajan en el Parque Nacional Huatulco, los tintoreros de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, se acercan a la orilla en busca del caracol púrpura, el cual será utilizado para teñir madejas de hilo de algodón y preservar una tradición ancestral.

Esta antigua técnica consiste en extraer la tinta del molusco y colocarla sobre el hilo, que cuando recibe los rayos del sol se transforma en púrpura, color que identifica a los indígenas de la costa oaxaqueña.

Para los mixtecos, esta tonalidad tiene un significado emblemático relacionado con la fertilidad, la fuerza, el poder y la muerte, por lo que tiene un valor tanto económico como cultural.

Sentadas afuera de sus casas, las mujeres indígenas tejen en telar de cintura, con el hilo púrpura, su vestimenta tradicional llamada pozahuanco o enredo, así como servilletas, manteles y vestidos.

Pinotepa de Don Luis, uno de los 570 municipios del estado de Oaxaca, es un lugar donde los habitantes luchan por preservar sus tradiciones y por ello transmiten sus conocimientos de una generación a otra.

Desde esa comunidad, 16 personas que pertenecen a la cooperativa de tintoreros recorren aproximadamente 350 kilómetros para llegar a las costas de Huatulco y obtener la tinta de este molusco que tiñe las tradiciones de su pueblo.

Llamado por su nombre científico como Plicopurpura pansa, especie emblemática del Parque Nacional Huatulco y que se distribuye a lo largo de buena parte del Océano Pacífico, el caracol es aprovechado de manera sustentable, toda vez que se encuentra en la categoría de riesgo Sujeta a Protección Especial.

En 1956, a los 15 años, Mauro Habacuc Avendaño se acercó a esta actividad. Gracias al apoyo y conocimientos que uno de sus tíos le heredó, hoy en día es maestro en la actividad y viaja compartiendo su sabiduría por México y el mundo.

“Mi tío me dijo: veamos si aguantas, tenemos que caminar ocho días para llegar hasta Puerto Ángel. Me fui con él. Me llevé poquito hilo porque no sabía si podía”, recuerda con gran alegría este hombre de 75 años de edad.

Descansado sobre una pequeña silla de madera afuera de su casa, don Mauro relata que cuando van a teñir, acampan durante una semana en el Parque Nacional Huatulco, donde esperan el momento en que las olas del mar disminuyen para buscar el codiciado caracol.

“No podemos entrar a cualquier hora, la luna lleva el movimiento de la mar; por ejemplo, cuando la luna viene saliendo ya están bajando las olas del mar”, explica Habacuc Avendaño, conocedor del movimiento de las aguas del océano.

Los tintoreros reconocen la importancia que tiene esta especie en el ecosistema marino y por ello, después de extraerle la tinta, vuelven a colocar el caracol en las rocas húmedas y no en zonas calientes, para evitar que muera.

A fin de preservar la tradición, se han incorporado a esta actividad menores de edad que están interesados en conocer y aprender esta labor que forma parte de la cultura mixteca.

Por su compromiso con el aprovechamiento sustentable del caracol púrpura, en 2015 Mauro Habacuc ganó el Premio Nacional de la Conservación, en la modalidad individual, otorgado por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp).

El director del Parque Nacional Huatulco, Omar Gordillo, dijo a Notimex que el ser tintorero no significa vivir de esta actividad, pues se trata de “una tradición que están intentando mantener, rescatar y transmitir a mixtecos de la comunidad de Pinotepa de Don Luis”.

Por ello, resaltó, este año se obtuvo un financiamiento de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, a través del Programa para la Conservación de Especies en Riesgo, con el propósito de fortalecer esta práctica.

Proyecto

Detalló que el proyecto tiene tres componentes: fortalecer la figura legal de la cooperativa de tintoreros y difundir la importancia que tiene el caracol púrpura, no solo en Huatulco sino en Pinotepa de Don Luis.

Además, se busca monitorear y definir el aprovechamiento de esta actividad entre la población, tanto dentro como fuera del Parque.

Omar Gordillo refirió que la cantidad de madejas que tiñen los mixtecos ha ido a la baja, debido a que la población de caracoles está sujeta a diferentes problemáticas.

También, dijo, el molusco padece una sobreexplotación por parte del sector pesquero, sobre todo de los “piedreros”, personas que ingresan a pie a las bahías y van recolectando estos moluscos para comercializarlos.

Otro problema es el cambio climático, pues “la franja litoral es muy sensible; la temperatura sobre la piedra se seca rápidamente durante los cambio de marea”.