No hace mucho tiempo el joven afroamericano Frances Tiafoe dormía en las mesas de masaje del club de Tenis de College Park en Maryland, Estados Unidos, mientras su padre barría y limpiaba el centro deportivo.
Frances, hijo de Constant y Alphina, dos inmigrantes de Sierra Leona, África, se encuentra hoy en el umbral del juego más importante de su vida, nada más y nada menos que contra la leyenda suiza Roger Federer, este sábado en la segunda ronda del Torneo Abierto de Miami.
Después de todo no todos los días, el hijo de un empleado de un club de lujo tiene la oportunidad de jugar en la cancha central del complejo de Crandon Park en el exclusivo Cayo Vizcaíno contra el ganador de 18 torneos de Grand Slam. La ruta de Frances para llegar al partido de sus sueños contra su ídolo en el estadio central, que seguramente estará lleno este sábado, parece una historia de película, pero es real.
Su padre comenzó como albañil en la construcción del club de Tenis de College Park en Maryland y luego se quedó trabajando al ser contratado como empleado. Cuando sus hijos estaban pequeños ocasionalmente los llevaba al trabajo y eventualmente un día Frances tomó la raqueta. A los cuatro años de edad, Frances comenzó a entrenar en el club y cuando tenía ocho años el entrenador profesional Misha Kouznetsov se convirtió en su mentor.
Para el torneo de Miami, Frances tuvo que pasar la ronda eliminatoria. Llega ubicado en la posición número 101 del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), y es uno de los jóvenes tenistas promesas estadunidenses que se proyecta para cosas grandes el próximo año.
Cuando tenía 15 años se convirtió en el campeón infantil más joven de Estados Unidos en la historia del prestigiado torneo Orange Bowl; luego, a los 17 años llegó como comodín al Roland Garros, el estadounidenses más joven en hacerlo desde Michael Chang en 1989. Y en la víspera de su victoria de 7-5, 5-7, 6-1 sobre Konstantin Kravchuk, de 32 años, lo puso en el partido de segunda ronda del sábado contra Federer
Frances se encuentra emocionado por la oportunidad de jugar contra el suizo y lo considera un honor, pero afirma que saldrá a dar todo en la cancha, pues no tiene nada que perder. “Es mi ídolo… una leyenda difícil de emular, pero voy a dar todo lo que tengo”, expresó el joven a los periodistas reunidos para cubrir el torneo.