Tim Burton trae su mundo a México
La exposición reúne 500 piezas, entre dibujos, pinturas, instalaciones, títeres e imágenes en movimiento. Cortesía

La organizadora de la exhibición “El mundo de Tim Burton”, Jenny He, recuerda el día en que propusieron por primera vez al director realizar una exposición sobre su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Ella y otros organizadores del prestigioso museo se encontraron con Burton en Londres, en una oficina donde se apilaban de bocetos, ilustraciones y fotografías hechas con una cámara Polaroid. “Durante la conversación yo me sentía distraída por todo este arte alrededor de nosotros que ni siquiera sabíamos que existía”, dijo la organizadora durante la entrevista aquel año.

Aunque el MoMA ya había dado luz verde al proyecto de dedicarle a Burton una exhibición antes de que He propusiera la idea al cineasta, fue tras esa reunión en Londres que ella se dio cuenta de que había todo un universo por explorar, más allá de películas como Beetlejuice (1988) y El joven manos de tijera (1990).

Burton (California, 1958) dibuja desde la infancia, pero muchos de sus bocetos permanecieron durante años dispersos en su casa y nunca habían salido a público. Los organizadores de la exhibición se acercaron a la casa del director, “abrieron cada armario y cada cajón”, según relató el propio Burton en entrevistas, y seleccionaron las ilustraciones y las pinturas que insinuaban la estética “cómicamente grotesca y adorablemente excéntrica” por la que el realizador es mundialmente reconocido. Obras que, si no fuera por el trabajo de los curadores, jamás hubieran visto la luz.

Ocho años después de la exhibición en el MoMA de Nueva York, esa mezcla entre el trabajo público del director y su universo privado llega a la capital mexicana. El Mundo de Tim Burton es una nueva versión de la exposición neoyorquina y abre sus puertas en el museo Franz Mayer, en la Ciudad de México, tras pasar por República Checa, Japón, Alemania, Brasil y China.

La exposición reúne 500 piezas, entre dibujos, pinturas, instalaciones escultóricas, títeres e imágenes en movimiento que ponen los reflectores sobre los proyectos personales de Burton y sobre su proceso creativo, que resultaron en películas que fueron verdaderos éxitos taquilleros de sus épocas: desde el estilo gótico que el director confirió a Gotham en Batman (1989) hasta sus versiones de clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate (2005) y Alicia en el País de las Maravillas (2010).