Transformaciones de la capital en el 68
El Palacio de los Deportes fue construido para otras actividades, no para conciertos, por lo que su acústica es mala. Cortesía

A través de imágenes de periódicos y postales sobre las transformaciones arquitectónicas y físicas de la Ciudad de México, el investigador y periodista Rodrigo Hidalgo reflexionó en torno a la imagen que se creó previo a las Olimpiadas del 1968.

En su conferencia “1968. Postales de una Ciudad Olímpica”, Hidalgo sostuvo que el objetivo de esta transformación fue proyectar a México en el mundo como una potencia materia artística, cultural y deportiva.

“El recorrido que haremos mostrará una ciudad diferente a la que hoy en día se conoce, pues se estaba preparando para un evento de talla mundial”, dijo el especialista en la sala Manuel M. Ponce.

Por otro lado, destacó que fue en esta época en la que irrumpe una nueva identidad gráfica y cultural, la cual buscaba proyectar una imagen vanguardista de México hacia el mundo. Eran diseños coloridos y con gran riqueza cultural, pues estaban basados en la cultura huichol.

Durante su ponencia, el experto mostró imágenes de Reforma, de los alrededores de la Catedral, la Avenida Antonio Caso (Entre Juárez y Tabacalera), así como postales que muestran los automóviles de la época y los servicios de transporte público.

Entre los recintos que se construyeron a propósito de las Olimpiadas, sobresale el complejo Villa Olímpica, que albergó a los atletas. El arquitecto Manuel González Rul encabezó el proyecto al lado de sus colegas Ortega Viramontes, Hernández Navarro y Torres Martínez.

De igual manera, Hidalgo mostró imágenes de Villa Coapa, complejo donde vivieron jueces y periodistas. Las fotografías muestra que a su alrededor todavía existían zonas de cultivo. Respecto a las esculturas que se fincaron en el anillo periférico, dijo que fueron donadas por artistas que quisieron sumarse a las Olimpiadas.

Con estas proyecciones, que se exhiben a 50 años del evento, se observó como la sobrepoblación las ha hecho prácticamente invisibles ante los ojos de la cotidianidad.