Tras los resultados

Con más de 30 millones de votos, la elección que haya habido con más ciudadanos, a favor de Andrés Manuel López Obrador, los electores lincharon a los partidos que hasta hoy han tenido la responsabilidad del poder Ejecutivo Federal. 

Los ciudadanos linchan al PRI que paga culpas ciertas y otras que le etiquetó la oposición, con la Presidencia de la República. Lo arrinconan en las cámaras del Congreso de la Unión, donde habrá estados sin diputados federales y senadores del Revolucionario Institución. Hay entidades donde el PRI quedó marginado en sus congresos locales. Levantarse de la lona será más difícil que en 2000. Su voto duro está remojado. 

Acción Nacional se posiciona como la segunda fuerza en el Congreso de la Unión, pero de hecho administra el fracaso en las urnas; su representación en las cámaras de Diputados y Senadores será equivalente a terceros lugares débiles de otras Legislaturas.

Vienen tiempos de “vacas flacas” para PRI y PAN. Con base en las actuales reglas de asignación de prerrogativas, que asigna recursos por voto recibido, encoje el cheque para ambos partidos. Tendrán que despedir empleados, apagar el brillo en sus oficinas, y dejar las remodelaciones para tiempos mejores.

Todo el poder y las prerrogativas que han perdido, pasan al dominio de Morena, cuyos líderes no acaban de contemplar la extensión del reino que el pueblo les ha dado con un mensaje: Al que falla lo linchan en las urnas.