Tuxtla perdió 90% de su capa vegetal original

El crecimiento desmedido de la población, los asentamientos irregulares, el cambio de uso de suelo, así como la falta de una política ambiental, ha propiciado que Tuxtla Gutiérrez haya perdido el 90 por ciento de su vegetación original.

A través del mapa del Sistema de información Geográfica y Percepción Remota, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), se puede observar como la ciudad de Tuxtla Gutiérrez pasó de ser un valle arbolado a ser una ciudad de concreto, donde actualmente solo quedan islas de vegetación al borde de la extinción, entre los que se encuentra las reservas de El Zapotal y el Mactumatzá.

El proceso de destrucción ecológica que padece la capital del estado ha traído como consecuencia no solo la desaparición de numerosas especies de flora y fauna, sino también un cambio radical en la temperatura, así como una acelerada disminución en la captación de agua proveniente de los mantos acuíferos y pozos. 

El delegado federal en Chiapas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Amado Valdez Ríos, señaló que el crecimiento desordenado de Tuxtla en los últimos 30 años, así como los problemas de deforestación y un suelo cada  vez más sellado  por  el concreto, ha derivado que la ciudad enfrente el problema que representa el efecto de isla de calor.

“Tuxtla debería de tener una temperatura más fresca que la que tiene actualmente, pero la realidad es que no es así, la falta de vegetación, de agua y el crecimiento desordenado en 30 años ha propiciado que la ciudad enfrente una acumulación de calor muy fuerte y que se convierte en una isla de calor, donde diferentes lugares registren temperaturas diferentes”, acotó.

Las faldas de los cerros que rodean a la ciudad presentan una alteración y degradación considerable, donde la vegetación ha sido sustituida por improvisadas viviendas y calles hechas por personas que han llegado a invadir terrenos catalogados como áreas verdes y de amortiguamiento ecológico para la ciudad, como es el caso del Cañón del Sumidero. 

Así también, reconoció que ha habido poca visión para poder generar áreas verdes importantes en el municipio de Tuxtla Gutiérrez, que permita frenar la pérdida de ecosistema en la capital.

Por su parte, el secretario de Medio Ambiente y Movilidad Urbana de Tuxtla, Alejandro Mendoza Castañeda, indicó que en la ciudad sí se lleva a cabo un programa de reforestación, pero esta enfocada únicamente atender la zona urbana, toda vez que aquellas reservas catalogadas como áreas naturales protegidas, la instancia encargada de su reforestación es la estancia estatal y federal.   

“Nosotros estamos trabajando más a nivel urbano, porque independientemente del servicio ambiental que nos prestan las reservas, a nosotros nos preocupa la falta de cobertura vegetal en vialidades y la zona urbana, que es donde resentimos los problemas de calor y de contaminación”, indicó. 

De manera paradójica, la zona urbana de Tuxtla Gutiérrez carece de espacios para llevar a cabo un programa de reforestación, pues ésta ha sido sustituida por construcciones donde se ha llevado a cabo la tala de decenas de arboles para dar paso a complejos habitacionales y edificios.

La demanda por agua para consumo humano superará por mucho la capacidad de suministro que se tiene en Tuxtla Gutiérrez, una ciudad donde cada vez llueve menos y en tan poco tiempo, lo que ha provocado serios problemas de desabasto en las más de 500 colonias que tiene el municipio.

La anterior hace apremiante el de poder preservar los últimos pulmones que tiene Tuxtla Gutiérrez, como son las reservas  del Zapotal y Mactumatzá, que junto con el Parque Nacional Cañón del Sumidero, son los que proveen del agua que alimentan los pozos naturales que existen en la capital además de ser reguladores del clima.