Partiendo del reconocimiento del fenómeno migratorio y sus contribuciones, la comunidad internacional ha emprendido esfuerzos para hacerle frente. La gente no migra por gusto, lo hace por la falta de oportunidades, en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Así, tenemos a 258 millones de personas viviendo fuera del lugar en donde nacieron; a 50 millones de ellas se les señala por carecer de un documento que acredite su estancia o residencia legal. Son víctimas de discursos xenófobos, discriminación y violaciones a derechos humanos, a pesar de la serie de contribuciones que hacen a la sociedad en donde se insertan, no sólo generando riqueza, sino invirtiéndola.
En 2015, los trabajadores migrantes en entornos productivos contribuyeron con 6.7 billones de dólares (9.4%) al PIB global, según datos del McKinsey Global Institute. Pero no sólo generan riqueza, también la invierten, ya que gastan 85% de sus ganancias en las comunidades de acogida y remiten el 15% restante a sus países de origen. “Sólo en 2017, los migrantes enviaron a sus familias en los países de origen aproximadamente 600 mil millones de dólares en remesas, lo que significa 3 veces la asistencia oficial para el desarrollo”, apunta el Informe de Naciones Unidas 2018, Hacer que la migración funcione para todos.
Con el objetivo de abordar esta problemática, se realizó en Nueva York la Audiencia Anual de la Unión Interparlamentaria Hacia un pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular: la perspectiva parlamentaria, convocada por la UIP y la Organización de Naciones Unidas. Como parlamentarios y representantes de 6.5 mil millones de personas, se debe participar en el proceso de negociación del Pacto Global sobre Migración, formar parte de la ratificación e instrumentación del acuerdo en nuestros países, canalizar los recursos necesarios para concretarlo y rendir cuentas sobre el mismo.
Así, este mes de marzo se llevará a cabo en Ginebra la 138 Asamblea de la Unión Interparlamentaria, en la cual legisladores de 178 Parlamentos se buscarán estrategias legislativas para traducir los Pactos Mundiales sobre Migración y Refugiados en marcos regulatorios y presupuestos nacionales adecuados, que generen impactos reales y tangibles en nuestras comunidades. Además, concretar estos instrumentos internacionales será fundamental para evitar la pérdida de más vidas, ya que se estima que 26 mil personas han fallecido desde 2014 a la fecha en las diversas rutas migratorias del mundo, según datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos, de la Organización Internacional para las Migraciones.
Por ello, la comunidad internacional ha avanzado en el Borrador Cero del Pacto, que fue presentado con la destacada labor de México como co-facilitador, en conjunto con Suiza. En este documento, se plasman compromisos concretos que buscan reforzar la protección de migrantes, pondera la detención como “última opción” y propone aumentar las vías de inmigración legal, así como dotar al individuo de la documentación necesaria para acceder a servicios públicos sin importar su estatus migratorio. Si te interesa conocer más sobre los Pactos, puedes ingresar al siguiente link: https://refugeesmigrants.un.org/migration-compact.
Es momento de reconocer sus contribuciones económicas, sociales y culturales, humanizarlos y dejar de criminalizar la migración. Es hora de integrarlos a la sociedad y convertir sus contribuciones en una fortaleza. Basta de discursos xenófobos e irresponsables. Se debe trabajar por una migración segura y con pleno respeto a los derechos humanos.