Un santuario para especies en peligro de extinción

El manatí de las Indias Occidentales o del Caribe (Trichechus manatus) es una especie de sirenio de la familia Trichechidae que habita desde el Golfo de México hasta el nordeste de la costa de Brasil, dijo el biólogo Dante Ivan Enríquez Robles.

El biólogo dijo que el manatí es un mamífero acuático esencialmente herbívoro, que ocupa una importante posición en la cadena trófica de la cual hace parte.

Comentó que su principal depredador es el hombre; “los manatíes han sido cazados durante muchos años, principalmente por su carne y su grasa”.

Además, la cacería indiscriminada ha reducido drásticamente la población, por esta razón su status de conservación, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Ivan Enríquez agregó que el manatí se clasifica como “vulnerable” debido, principalmente, a presiones antrópicas, tales como capturas intencionales, redes de pesca, colisiones con embarcaciones, degradación y contaminación de su hábitat.

“Tal es el caso de Catazajá, un ejemplar de manatí hembra, rescatado el 11 del mayo del 2013, en el municipio de Punta Arena, del Sistema Lagunar de Playas de Catazajá (SLPC), en el estado de Chiapas”, aseveró.

El ejemplar, de tres metros de longitud y de más de 300 kg de peso, se encontraba varado, después de la revisión médica realizada en Aluxes Ecoparque Palenque (AEP), se determinó que presentaba una obstrucción en su sistema digestivo a causa de desechos plásticos ingeridos en su ambiente.

Actualmente, este ejemplar vive en semi-cautiverio, en una laguna de una hectárea como área superficial y de cuatro metros de profundidad, la cual se ubica en el predio de AEP.

“En este lugar, comparte su espacio junto a tres manatís más, dos hembras, marina y sireni, provenientes del Acuario de Veracruz, y Ha al, un manatí macho que llegó a AEP en el mes de septiembre del 2013”, comentó Enríquez Robles.

Además, dijo que este último ejemplar fue traído por lugareños del Sistema Lagunar de Playas de Catazaja en una hielera, con medidas de 80 cm, “arponeado de la espalda y con graves cortaduras en su aleta caudal, debido al aspa de la lancha que lo envistió”.

Ante la gravedad que presentaba el ejemplar y a las atenciones que requería, la presidenta de AEP, Josefa González Blanco Ortiz Mena, decidió criarlo en una piscina artificial en su casa durante dos años, con atenciones periódicas alimenticias de cuatro horas a cargo del estudiante de medicina veterinaria Miguel Ángel y la C. Reynalda Galindo Galindo. Actualmente Ha al es un macho de cinco años de edad.

El biólogo agregó que gracias a los cuidados médicos y al programa de bienestar animal que se desarrolla en AEP, Catazajá y Ha al, se han convertido en manatís adultos.

“Recientemente se reportó el primer nacimiento en semi-cautiverio producto de la reproducción de estos dos ejemplares”, comentó.

Guacamaya

Enríquez Robles mencionó que después de la reintroducción exitosa de la Guacamaya roja realizada por la misma institución, sin duda alguna, el nacimiento de una especie en vías de extinción, por padres rescatados es uno de los logros más importantes para el estado de Chiapas.

“La cría nació el 12 de junio y vive acompañada de su madre, la cual lo alimenta con leche materna, además la abundancia de vegetación acuática y halófita, sumado a esto, la dieta proporcionada compuesta por calabacita, zanahoria, betabel, yuca, alfalfa, lechuga y acelga, y a la calidad del agua de la laguna, ha permitido que estos ejemplares se mantengan de forma exitosa dentro de AEP”, finalizó el biólogo Enríquez Robles.