Una alternativa de sanción sin represión

Experimentar el consumo de drogas lícitas e ilícitas a edades tempranas, no solo conlleva riegos a la salud, sino también la de encarar la justicia penal. 

Miguel Sánchez Martínez, coordinador de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC),  en Chiapas, señaló que la edad promedio del primer consumo de alguna droga legal o ilegales en los jóvenes en el estado, se sitúa entre los 13 y los 14 años.

Si bien la relación entre el consumo de drogas lícitas e ilícitas con la comisión del delito no esta plenamente comprobada su asociación, un porcentaje de las personas que han delinquido por primera vez, reconocieron haber consumido algún tipo de sustancia. 

Así lo deja ver la última Encuesta Nacional de Adicciones, donde señala que el 60 por ciento de los delitos son cometidos por consumidores de estupefacientes y/o alcohol, robo y lesiones en su mayoría; en el caso de menores infractores, más de la mitad reportó consumir drogas de forma habitual. 

Ante de que se llevará a cabo la reforma para dar paso al nuevo Sistema Penal Acusatorio,  los medios alternos de solución  para aquellas personas que cometían  por primera vez un delito bajo los influjos de una droga, eran prácticamente nulos.

Desde el momento de su detención y hasta la audiencia en la cual se dictaba sentencia, muchas de estas personas encontraban en la justicia tradicional el encarcelamiento.

Tras las modificaciones a la Reforma Penal, en estados como Chiapas, se han aplicado programas de tratamiento especializados, que sugiere resultados más efectivos en términos de reducción del delito, disminución de la recaída en el consumo, abuso y dependencia de drogas. 

Uno de ellos es la  Justicia Terapéutica,  un programa avalado por la propia oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), y que en el caso de Chiapas,  más  de cinco mil personas han recurrido a ella.

En ese sentido, el coordinador de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), resaltó en entrevista para Cuarto Poder de la importancia que tiene este programa en Chiapas, pues al tratar las adicciones de quienes delincan por primera vez, se reduce  la reincidencia delictiva, y se evita con ello el encarcelamiento.

“Si no se diera este tratamiento a través de este programa hoy estas cinco mil personas estuvieran  en prisión, no se no se repararía el daño a la víctima y habría una reincidencia en la comisión de diversos delitos”, indicó.

Es la Fiscalía General del Estado, la encargada de implementar el programa de Justicia Terapéutica y es implementada a través de los Centros Especializados para la Prevención y Tratamiento en Adicciones (Centra).

Son los especialistas de estos centros quienes determinan la conveniencia de un tratamiento residencial o ambulatorio, mismo que es autorizado por el juez, quien al mismo tiempo otorga la suspensión del proceso.

En dado caso que el imputado no cumpla con la rehabilitación, la autoridad judicial puede revocar el beneficio lo que implicaría enfrentar un proceso penal.

Para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), las autoridades a nivel municipal, deben trabajar más en el tema de la prevención, pues el alcance de las sustancias prohibidas y aquellas que no lo son, están cada vez más cercanas a los jóvenes.

Actualmente la UNODC que tiene sus oficinas en Chiapas, trabaja con las responsables de los Centra, con universidades como la UNAM y la Unicach, en un proyecto que permita precisar las zonas en donde se presenta un mayor consumo de drogas entre la población de jóvenes en el estado a fin de poder desarrollar una estrategia que atienda esta problemática.