Una visita guiada al palacio de Sotofermoso
Lope de Vega habría dedicado cientos de versos al vergel renacentista del palacio.

“Si Garcilaso volviera/ yo sería su escudero/ que buen caballero era”, escribió Alberti de su colega del siglo XVI. Garcilaso era soldado y poeta, en el orden que se quiera. Participó en algunas campañas militares con el tercer duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, el terror de Flandes —el coco de los niños de los Países Bajos aún hoy, según dicen— por la ferocidad de su belicismo.

De vuelta a España, con grandes conquistas para la corona, hizo construir unos inmensos jardines renacentistas en el palacio de Sotofermoso, muy del gusto de la época, donde dejaron su maestría ilustres artistas italianos, como el escultor Franceso Camilliani. Aquello se convirtió en un gran centro cultural por donde se paseaba el buen caballero Garcilaso en busca de las musas y otros hombres de letras.

El dicho palacio estaba a orillas del río Ambroz, al norte de Cáceres, y su abundancia dejaba entonces una vegetación exuberante y unas tierras productivas, algo que ya habían descubierto siglos antes los cistercienses, cuando levantaron allí mismo su abadía, la que todavía hoy da nombre al pueblo cacereño del que aquí se habla: Abadía.

Cientos de versos le dedicó Lope de Vega a aquel vergel renacentista del que se conservan unos pocos vestigios que dejan ver la grandeza escultórica que atesoró. Sobre el suelo de pasto agostado reposa un inmenso plato de fuente, de superior diámetro a una rueda de molino.

La capilla de las uvas muestra aún trazas del rico policromado, pero entre sus tallas se abre paso la hiedra quebrando la arquitectura. De las otras queda aún menos. Sebastián Caballero dice que él se recuerda de pequeño haciendo lumbre con los amigos del colegio al resguardo de esas capillas.

Caballero es de Abadía, pero ahora trabaja como archivero en Hervás y ha escrito un libro titulado La abadía: un centro del conocimiento y de la cultura único en Extremadura, publicado por la editora regional. Caballero es quien hace de guía en esta visita que ya es más un viaje por el pasado.