Los problemas visuales deben atenderse con oportunidad para evitar que el daño sea irreversible, señaló el especialista del Instituto de Microcirugía Ocular de Chiapas, Gilberto Rosales Coello.
Las cataratas son la primera causa de ceguera reversible en México, donde existe un promedio de 2 millones de personas con este problema que deben ser tratados.
En rueda de prensa, el especialista expuso que existen campañas para la atención de esta problemática, aunque reconoció que estas son insuficientes, señaló que en Tapachula como en algunas ciudades importantes del país hay médicos con equipos a la vanguardia nacional que ofrecen cirugías a precios accesibles y resaltó que en este municipio fue inaugurada la primera “suite de cataratas” en el país, donde se brindará atención a los pacientes con la mínima intervención humana.
Durante la rueda de prensa realizada en el Instituto de Microcirugía Ocular, en donde se encuentra el sofisticado equipo con el que esta ciudad se pone a la vanguardia a nivel nacional, expuso que ante problemas de la vista es necesario que el paciente busque atención para evitar daños en ocasiones progresivos e irreversibles, ya que de cada diez pacientes con problemas de cataratas, sólo uno acude con especialistas para su atención.
Detalló que ante el alto rezago que existe para atender esta problemática, de manera particular, el Instituto de Microcirugía Ocular de Chiapas en Tapachula cuenta con la primera “suite de cataratas”, con lo cual se busca atender a un mayor número de pacientes, ya que al realizar una cirugía sin bisturí, los tiempos se acortan, además de que la recuperación del paciente es mucho más rápida.
Enfatizó que el proceso de una cirugía tradicional puede durar entre 50 y 60 minutos, pero con este equipo de primer nivel el proceso es mucho más rápido, ya que sólo tardan en promedio unos 20 minutos, además de que los resultados son mucho más rápidos para el paciente.
Por otro lado, el oftalmólogo del Instituto de Microcirugía remarcó que la catarata no es una enfermedad sino una degeneración del ojo interno que con la edad se pone opaco, que principalmente se presenta a partir de los 50 años, aunque en las últimas décadas, se han visto casos en pacientes de menor edad.