Vecinos someten a dos; intentaron violar a niña

“¡Los quememos vivos. Así lo hacen en su pueblo. Para que aprendan a respetar a las mujeres!”, grita una mujer y un hombre la apoya. Dos jóvenes sentados, atados, golpeados, son sindicados de querer abusar sexualmente de una menor, en plena vía pública de la capital chiapaneca.

Lupita (15 años) caminaba ayer al mediodía sobre la 14 Oriente y 2ª Norte de Tuxtla Gutiérrez. Regresaba de una consulta médica.

De repente se topó con dos hombres que la comenzaron a molestar, verbalmente. Luego la abrazaron y quisieron besar a la fuerza. Uno de ellos forcejeó con ella para someterla e intentó arrastrarla a un lote baldío cercano.

La niña comenzó a gritar. Justo en esos momentos su cuñado pasaba en su auto, un Ford Ikon de color gris, con placas 626UJG, del Distrito Federal. El pariente quiso intervenir y fue agredido a golpes por los jóvenes ebrios.

Luego golpearon su unidad. Los agresores huyeron sobre la 2ª Norte, hacia el poniente, pero el zapato tenis de uno de ellos se atoró en un hoyo. Allí fueron sometidos por vecinos solidarios.

Algunos los golpearon y luego los amarraron. La mamá de la niña llegó y decenas de curiosos rodearon a los detenidos.

Un hombre ebrio, llegó molesto y tras regañar a los detenidos, pateó en el rostro a uno de ellos. Luego llegó otro, que dijo trabajar en la Procuraduría General de Justicia del estado.

“Los policías no van a venir, están con lo de los maestros. Alguien que los lleve a la oficina de la PGJE”, sugirió. Los vecinos dijeron que no, porque sería contraproducente.

Y entonces llegó la propuesta femenina: “¡Los quememos vivos. Así lo hacen en su pueblo (son indígenas). Para que aprendan a respetar a las mujeres!”.

La pareja de uno de ellos lloró y se arrojó para abrazar a su esposo de 26 años. “No, no, lo arreglemos aquí. Mi marido no hizo nada. No hubo violación”, dijo la fémina.

“Si pué, no le hicimos nada”, agregó el esposo, ya con el labio reventado por la patada del desconocido.

La pareja del otro joven también llegó y lo regañó por lo que hizo. “¡Que no te basto yo pué, qué andas molestando a otra mujer?”.

Y la espera continuó por casi tres horas. No había policía disponible, por el enfrentamiento con los profesores.