Casi cien policías murieron en lo que va de año en Río de Janeiro como consecuencia de la oleada de violencia que azota al estado brasileño donde hace apenas un año se celebraron los Juegos Olímpicos.

El último fin de semana tres policías fallecieron como consecuencia de ataques criminales en Río, elevando a 97 el número de fuerzas del orden fallecidas desde inicios de 2017.

Se trata de un número muy elevado cuando se compara, por ejemplo, con los 22 fallecidos en el estado de Sao Paulo o los 10 en Pernambuco, estado pobre del nordeste del país.

“Es un número alarmante que nos deja muy tristes, muy perplejos”, dijo el secretario de Seguridad de Río, Roberto Sá, que lleva semanas pidiendo una reforma del código penal para endurecer, entre otros delitos, el de tráfico y porte de armamento pesado.