Virgencitas de Copoya recorren Tuxtla

En la periferia de una ciudad en la que muchos de sus habitantes han olvidado sus tradiciones, desde una casa que rememora las antiguas costumbres zoques, un grupo de personas fieles a sus raíces continúa realizando la fiesta de la Virgen de Candelaria a la usanza del pueblo que anteriormente habitó estos valles.

En una vivienda ubicada en la carretera antigua a Suchiapa —que rodeaba el cerro Mactumactzá— es donde la Virgen estuvo los días 1 y 2 de febrero visitando a la Primer Mayordomo. La fiesta fue grande, hubo música, rezos y se sirvió la tradicional comida zoque llamada sispolá, que fue degustada por toda la comunidad que estuvo acompañando.

En ese sentido, la Primer Mayordomo Laura Moguel Hernández dijo sentirse muy contenta por ser parte de esta fiesta en la que ha estado involucrada durante nueve años ocupando diversos cargos como Copoyita del Rosario, además de ser una de las que más pide a la Virgen para tenerla en su hogar.

La motivación de Laura se debe a que hace años sufrió una caída que la dejó en estado de coma, despertando hasta el cuarto día. Los doctores le dijeron que, si llegaba a vivir, estaría en una silla de ruedas, pero gracias a su fe, esto no se hizo realidad y pudo volver a caminar y bailar.

En qué consiste la fiesta

La fiesta, según relata Óscar Fernando de la Cruz Mendoza, segundo Ayudante Albacea, empieza el primer domingo de enero con la lavada de la ropa de las Vírgenes de Copoya —lo que significa que se están preparando para la llegada de la fiesta—; el segundo domingo de enero se lava la ropa en la casa del Segundo Mayordomo, haciendo una fiesta que dura dos días, lavando las joyas de las Vírgenes, que vendrán a lucirlas a casa de sus priostes.

Comenta que el 28 de enero se inicia con la floreada de los nuevos priostes y mayordomos. Tras esto, el día 30 de enero las Virgencitas de Copoya descienden. Agrega que la Virgen continuará recorriendo varias casas de Tuxtla como parte de las pedidas, que consisten en tener a las Virgencitas por 24 horas hasta el 18 de marzo.

Aparte de las tres Virgencitas de Copoya, hoy dos santos más; una es la Virgen de Espera, la cual se adelanta al hogar a donde llegarán las imágenes, para que las tres Vírgenes principales no encuentren tan solo el altar. También está el Niño de Representación de Candelaria, el cual simboliza para los zoques el hijo de la Virgen, quien tan solo acompaña a la Virgen los primeros días.

“Sale primero la Virgen de Espera, que es la que llega a esperar a las demás, y el niñito es el Niñito de Representación de Candelaria, y ese niñito igual anda en pedida, pero el ya no acompaña a la Virgen, tan solo sale a toparlo en los primeros días, posteriormente toma otro camino, porque antes, cuando la Virgen ya no llegaba a una casa era el Niño quien iba a ese hogar”, explica Fernando de la Cruz.

El Segundo Mayordomo explica que esta tradición de la bajada de las Vírgenes se celebra desde hace unos 200 años, ya que anteriormente Copoya era una hacienda y las Vírgenes venían a visitar a sus priostes y mayordomos.

Construcción de una capilla

Manuel Trejo Ramírez, albacea de la Priostería y Mayordomía Zoque, precisa que esta es una de las fiestas más importantes de la Mayordomía Zoque y explica que las familias que desean tener en su casa las imágenes tienen que pedirlas con una anticipación de dos años.

Por otra parte Trejo Ramírez se siente muy afortunado de continuar preservando las tradiciones zoques. Es por eso que invita a toda la comunidad a participar donando materiales o dinero en efectivo para la construcción de una capilla donde estén las Vírgenes, ya que actualmente estas quedan en la casa del presidente de festejos.

Comenta que la capilla se empezará a construir en breve, por lo que también formarán un patronato donde la gente pueda llegar a donar y a apoyar la causa.

Festividad

Este año las Virgencitas de Copoya recorrerán Tuxtla durante 47 días, del 1 febrero al 18 de marzo.