Alerta de tsunami causa psicosis

Una psicosis generalizada se vivió ayer en la costa chiapaneca tras lanzarse una alerta de tsunami que provocó la evacuación de cientos de personas de Puerto Madero e incluso de la XIV Zona Naval.

En unidades oficiales y particulares unas 600 personas que viven en la unidad habitacional naval fueron trasladadas hacia la Base Aeronaval de Tapachula.

A su vez, cientos más que trabajan en empresas ubicadas en el parque agroindustrial “Francisco I. Madero”, entre ellos Herdez y Procesa, también fueron evacuados.

En Puerto Madero el temor se apoderó de la población cuando en patrullas pasaron avisando que tenían que evacuar lo más rápido posible ante la llegada de grandes olas a causa de un tsunami, según mencionó el agente municipal Irael Hernández.

En combis colectivas, taxis, vehículos particulares, camionetas pick-up y hasta triciclos, decenas de personas se arremolinaban para abandonar el poblado, aunque el mar no mostraba signos de la presencia de un fenómeno perturbador.

La alarma se incrementó cuando se supo que el personal de la Armada de México había sacado no sólo a su personal activo sino también a todas las familias de los elementos que habitan en el fraccionamiento naval.

“Nos han hecho salir de nuestras casas, nos dicen que hay peligro de tsunami, pero no hay nada claro, lo que sí es que apenas pudimos sacar algunas cosas para irnos a Tapachula”, explicaban habitantes de Puerto Madero.

En tanto elementos de la Policía Federal, Protección Civil, Policía Municipal y del Estado, así como de la Armada de México, iniciaban recorridos por la zona como medida de prevención para evitar robos en las casas y negocios que eran evacuados.

Las alertas empezaron a circular por mensajes en redes sociales de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador y el presidente de esa nación centroamericana, Nayib Bukele, en donde se advertía de un posible tsunami que podría afectar las costas de El Salvador, Guatemala y México.

En Puerto Madero todos los negocios fueron obligados a cerrar sus puertas en tanto “pasaba el riesgo”, según dijeron palaperos y comerciantes.

Horas más tarde, cuando ya la psicosis se había apoderado de la población, empezaron a circular los mensajes relativos a que se trataba de una falsa alarma.

A pesar de que no ocurrió ninguna desgracia, se dijo que los daños causados por lo que resultó una “falsa alarma” fueron millonarios al dejar de laborar decenas de empresas, negocios y hasta las instituciones educativas en comunidades de la franja costera.