Ana María Lomelí entrevista a chiapaneco

En el programa radiofónico de cobertura nacional “Hagamos Agenda”, conducido por la prestigiada periodista Ana María Lomelí, el pasado día 16 de enero fue entrevistado el psicólogo chiapaneco Carlos Hiram Culebro Sosa -colaborador de Cuarto Poder-, acerca del impacto de los videojuegos.

De entrada, Culebro Sosa expresó que muchos padres de familia se limitan a dar a sus hijos el dinero necesario para la compra o renta de esos equipos, ignorando el prolongado tiempo que algunos de ellos destinan a esas “maquinitas”, a veces hasta altas horas de la noche; los maestros trabajan como si el mundo de los videojuegos no existiera, cuando la adicción que generan ocasiona en algunos alumnos una disminución brusca en su rendimiento académico.

Dijo más adelante que los médicos, psicólogos y otros profesionistas de la salud poco se han interesado en indagar las innegables repercusiones físicas y mentales que provocan esos equipos; legisladores y otros funcionarios púbicos también le han puesto poca atención, a pesar de que se han incorporado a la vida cotidiana como la televisión o el cine.

A pregunta expresa, hizo saber que el primer videojuego data de 1972 con el “Pong”, dentro de la primera generación de videojuegos/videoconsolas -para Atari-, que simulaba un juego de pin-pong o tenis de mesa, en cámara lenta y a blanco y negro.

A la entrevistadora y auditorio del programa, Carlos Hiram explicó que por el empleo que se hacen de esos equipos puede hablarse de uso, abuso y dependencia, explicando que el último de esos conceptos se determina cuando el usuario destina muchas horas a jugar, le es muy difícil dejar de hacerlo y se muestra intranquilo cuando se ve precisado a suspenderlo; oculta su grado de implicación, particularmente con los padres de familia y profesores, además que puede presentar una conducta antisocial como el robo, esto con el fin de obtener dinero que le permita continuar con esa distracción, entre otros síntomas.

Hay quienes afirman que la contemplación de la violencia en esos juegos de video disminuye en el observador la posibilidad de que en la vida real actúe de esa manera; por el contrario, otros sostienen la tesis contraria, es decir, que se incrementa el riesgo de que actúe de esa forma en la vida real. Los estudios al respecto, expresó de manera categórica el entrevistado, apuntan hacia la segunda alternativa.

Refirió el psicólogo que no todos los videojuegos son nocivos, existen aquellos en los que puede simularse la práctica de diferentes deportes, aquellos otros en que puede tenerse una partida de ajedrez, damas chinas, etcétera; así como los ludo-educativos, en los que se combinan actividades lúdicas con la enseñanza de pasajes históricos o conocimientos de geografía, para citar sólo dos ejemplos.

Desafortunadamente, manifestó Culebro Sosa, estos equipos son casi inexistentes en los establecimientos de ese giro porque el usuario puede destinar un tiempo prolongado en ellos y lo que interesa al dueño de esa negociación es que termine pronto para que deposite otra moneda que le permita seguir jugando.  

Destacó que mientras en la escuela se enseña el respeto a la convivencia humana, con ese moderno entretenimiento puede aprenderse a conducir un vehículo a velocidades vertiginosas, ignorando toda señal de tránsito, atropellando a todo transeúnte que se atraviese en su camino y ganando puntajes por cada sujeto que mate en su trayecto.

Por lo antes mencionado, Carlos Hiram Culebro Sosa comentó que con niños pequeños es importante que en esos momentos le acompañe un adulto que le explique la diferencia entre la realidad y la fantasía. En los videojuegos de mayor edad, otorgarles permiso para jugar por un tiempo preciso y después de que hayan hecho la tarea escolar o algunas actividades del hogar.

La charla terminó al expresar la entrevistadora el deseo de continuar en otro momento con este mismo tema.