Cambio de uso de suelo mata la vegetación

El cambio de uso de suelo que se ha intensificado en los últimos años en toda la flora y fauna que se encuentra sobre la cuenca del río Sabinal y la contaminación que existe en los alrededores, colocan a esta riqueza natural, de 407 kilómetros cuadrados, en una zona de riesgo para la población que vive conectada entre Tuxtla Gutiérrez, Berriozábal y San Fernando, comentó Mercedes Concepción Gordillo Ruiz, especialista en la Dirección de Gestión, Investigación y Gestión Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn).

Entrevistada sobre el tema, detalló que, como sistema de agua que tiene sus beneficios, también presenta problemáticas, sobre todo, cuando se entiende que la población se encuentra viviendo sobre las zonas más bajas y de desfogue, puesto que las lluvias vuelven vulnerable a la población que se encuentra sobre los cauces.

Gordillo Ruiz comentó que, mediante los trabajos de investigación que han realizado, encontraron que el lugar ha tenido un dinamismo bastante acelerado y las obras de desarrollo urbano están ganado espacio en toda las hectáreas de vegetación, ya que son transformadas para atender las demandas sociales.

La cuenca del río Sabinal cuenta con un promedio de mil 224 especies de plantas, lo que se traduce en un 14 por ciento de toda la flora que tiene la entidad; incluso, los más de 400 kilómetros cuadrados cobran mayor relevancia cuando se entiende que el lugar alberga especies que son endémicas del estado o que están bajo protección, principalmente, las palmas y orquídeas.

La cuenca, aunque es pequeña, puede generar complicaciones cuando se presentan lluvias extremas; entre menos área verde exista, remarcó Gordillo Ruiz, se intensifica más el impacto cuando se generan las precipitaciones, debido a que se reducen las zonas de escurrimiento y no hay forma de contener el agua.

En los trabajos que han realizado, dijo, pusieron mayor énfasis en la parte de la vegetación, fue ahí donde encontraron vacíos grandes para establecer las bases de restauración hidrológica-ambiental.

De acuerdo con la información difundida con la Semahn, la cuenca “es de especial importancia, por tener una alta riqueza florística dentro una superficie tan pequeña y por concentrar áreas naturales protegidas como El Cañón del Sumidero, El Zapotal, La Pera y Villa Allende. El desarrollo de actividades humanas dentro de esta cuenca, amenazan constantemente la flora”; por ello, la dependencia estatal realiza proyectos de restauración.

El río Sabinal tiene una extensión de varios kilómetros al interior de Tuxtla Gutiérrez, mediante la conexión de 21 afluentes desemboca toda el agua sobre el Grijalva, sin embargo, en las últimas décadas la contaminación se agudizó; ahora recibe las descargas de aguas negras de los habitantes; antes, fue un lugar de recreación para los capitalinos.

“Ya los tuxtlecos, sobre todo, las generaciones de 1980 vemos natural cómo está la fisonomía del cauce, pero esa no era su estructura original, entonces ha ido cambiando, adaptándose en función de la intensidad de los impactos”, señaló la investigadora.

Con respecto a la cuenca, enfatizó, “cada área verde que se le reste, el impacto será, evidentemente, mayor”. Los trabajos más urgentes, consideró, se tienen que hacer en las partes altas y medias, debido a que en ese lugar observan condiciones para aminorar la velocidad del agua y, por lo tanto, un futuro desastre.

Aunque se han hecho trabajos, remarcó, las acciones de recuperación son más complejas de lo que parecen; también se deben diseñar políticas públicas que permitan a los afluentes conservar su funcionalidad; la vegetación acuática también ha resultado afectada.

Afortunadamente, la colindancia que existe con áreas naturales protegidas, dijo, han sido fundamentales para contener el cambio acelerado que tiene la cuenca con el uso de suelo, lo que trae en consecuencia la preservación de flora y fauna endémica.