El consumo frecuente de los cigarros electrónicos o vapeadores a largo plazo puede generar dependencia, una relación ambivalente con el cáncer, así como posibilidades de envenenamiento por las sustancias tóxicas que contienen.
“Se ha encontrado evidencia también de efectos cardiovasculares y en el sistema respiratorio”, dijo Inti Barrientos, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública.
“Otros daños asociados son que las sustancias que se consumen pueden quedar dentro de los pulmones y generar niveles relevantes, que pueden causar daño renal, en el hígado y una serie de daños en el organismo”, mencionó.
Enfatizó que en general hay un potencial tóxico sin importar cuál sea la marca o el sabor utilizado, aunque en algunos es más que otros.
Si bien en su mayoría la sustancia activa de los vapeadores es nicotina, se ha encontrado también que algunos utilizan cannabis, éxtasis, cocaína, crac, fentatil, heroína, entre otras.
“No hay forma de saber qué está vapeando una persona, debido al poco control a pesar de que son prohibidos por la ley, por lo que lo mejor sería prohibir su uso en espacios cerrados”, agregó.
Partículas tóxicas
Los defensores del uso de vapeadores argumentan que el humo que emana se evapora en segundos y desaparece, pero hay estudios que demuestran que contiene partículas sólidas tóxicas que quedan en el aire y caen en las superficies, convirtiéndose en un consumo de segunda y tercera mano.
Explicó que los cigarros electrónicos son conocidos también como vapeadores, en ese sentido, dijo que lo que emanan no es vapor, sino aerosoles donde existen partículas de sólidos o líquidos, las cuales hacen toda la diferencia en el impacto que genera al ambiente y a la salud.
Un sistema de vapeo se forma por un dispositivo y una sustancia activa.
El primero está formado por batería, resistencia, tanque y mecha.
El segundo tiene una base que generalmente es glicerina y propilenglicol, una sustancia activa como propilenglicol y saborizantes que pueden ser cualquier cosa.
Dependiendo del compuesto que contenga el vapeador, el resultado será distinto en la salud y en el ambiente.
En algunos estudios se han encontrado una serie de compuestos en los aerosoles emitidos por estos aparatos, entre ellos propano, formaldehídos, acetaldehídos, toluenos, todos tóxicos y cancerígenos.
Sin embargo, en un estudio realizado en Canadá se encontró que algunos contienen nitrosaminas específicas al tabaco, toda vez que contienen nicotina y por lo tanto se considera un derivado del mismo.
Incluso se encontró una cantidad de plomo en algunas marcas desechables.
El investigador indicó que sobre el cigarro electrónico se han dicho muchas cosas, hay varios aspectos que todavía no se saben, como el potencial total de daño que puede causar.
“Por la falta de una legislación, las personas que utilizan estos dispositivos pueden llegar a un restaurante y decir que no le pueden prohibir el consumo porque no está fumando”, finalizó.