Cubrebocas, de la escasez a la abundancia

Lo que empezó como un producto que se agotó en las tiendas departamentales durante los primeros días de pandemia, ahora ahoga las calles del centro de la capital. Los cubrebocas, actualmente un producto de primera necesidad, se convirtió en el sustento económico para cientos de familias chiapanecas.

Del día 2 para el 3 de marzo del 2020 este producto se agotó por completo en las farmacias y tiendas de la entidad; ahora hay locales sobre la calle Central que, incluso, han cambiado el giro de los negocios para dedicarse exclusivamente a la venta de cubrebocas.

Como don Sebastian, locatario en la megaplaza ubicada a una cuadra del parque central; la venta de este producto, por el de mochilas, le cambió la vida. Es originario de la ciudad de Puebla y comenta que trae sus mercancías de la Ciudad de México; si bien tiene precios más elevados que el de los ambulantes, afirma que su ganancia está en la venta al mayoreo.

Destaca que la venta de cubrebocas se ha triplicado en la última semana, lo que se refleja en la población a diferencia de otros días, ya que es más común ver a la gente portando esta prenda.

Papelerías, tiendas de ropa, centros de cómputo, vendedores de frutas y verduras, e incluso locatarios del mercado, ofrecen estos productos.

En el centro son más económicos, sin embargo, el ambulante domina su venta, como en la esquina de la 4a Sur y calle Central, donde ocho individuos venden cubrebocas en las distintas aristas, con precios que van desde los 7 por 10 a 6 por 10 pesos los quirúrgicos.

En ese cruce los hay de todo tipo, de tela con doble protección y lavables a 10 pesos, 4 por 10 los de colores, a 20 los personalizados con figuras de personajes, equipos de futbol, flores, para todos los gustos y personalidades; incluso, la existencia de cubrebocas para menores de edad; o por paquete, a 50 pesos la caja con 50 piezas.

Entre los ambulantes hay casos de éxito, como el de Luis Daniel Pérez, estudiante de Derecho, a quien se le suele ver sobre la avenida Central, frente al banco azul, vendiendo los embozos a 8 por 10 pesos.

Ágil de palabra y bueno para el grito que requiere la venta, dice que lleva tres meses vendiendo, y destaca “que en un día ingresa mil pesos, sobre todo en las quincenas; 950 pesos en un día bueno, y en un día normal hasta 700”. Explicando que esta venta ha sido un sustento para apoyar sus estudios.

Mientras que en las farmacias el precio de los cubrebocas es de 5 por 28 pesos, los KN95 están a 2 por 50, o sueltos a 30 pesos cada uno; un precio diametralmente opuesto al que encontramos en las calles, pues ahí el promedio del modelo es de 2 por 20, e incluso hay quienes los venden hasta 3 por 20.

El sondeo en cuatro farmacias tuvo el mismo resultado: la venta de estos productos, ya considerados de primera necesidad, presentan un aumento significativo, sobre todo durante esta última semana.

Al respecto, un encargado de farmacia que se encuentra en la esquina del parque, aconseja cambiar el cubrebocas diariamente (o a lo mucho cada dos días), sin importar el modelo, a fin de que no pierda efectividad.