La violencia vicaria privó a muchas mujeres de poder celebrar el 10 de mayo, “pues están en espera de alguna convivencia, no les permiten ver a sus hijos, o su estado psicológico es muy vulnerable, [ya que] tienen estrés postraumático u otras afectaciones”, consideró la psicóloga forense chiapaneca, Osiris Ángeles.
Las mujeres bajo estas circunstancias viven violencia machista e institucional, lo que por ende genera violencia vicaria y con ello se “instrumentaliza a los niños, por lo que se ejerce violencia hacia ellos al manipularlos y llenarlos de rencor”.
La violencia vicaria puede ser igual o similar a un “genocidio materno”, pues lo que busca es acabar con el vínculo materno entre las madres y sus hijos, explicó la experta en el tema. Es decir: “Se crea a partir de una cultura misógina que nos invade a todos como cultura y que está impregnada en las fiscalías, en los juzgados; por eso es muy necesario que las autoridades tomen en cuenta que, el día de mañana, muchas mujeres estarán en un estado depresivo muy alto”.
Riesgos
Algunas consecuencias para ellas son el suicidio, feminicidio o el infanticidio. La psicóloga recordó que Quintana Roo tuvo el primer suicidio inducido por uno de los agresores vicarios hacia una madre.
Por estas razones, cada vez es mayor la preocupación sobre estos temas, pues “muchas madres se quedan sin sus hijos en distintas fechas, como dije, en el 10 de mayo, cuando deberían de convivir”.
También destacó la importancia de que cada funcionario público se prepare en perspectiva de derechos humanos, de género, de infancia y adolescencia, así como de la misma manera todos los tratados internacionales, entre otros.
El agresor vicario cumple con tres características, que van desde el narcisismo, actitud maquiavélica y cero empatías; “maneja un tipo de empatía que se llama cognitiva, es decir, estudian bien a su víctima”.