Menores de 14 años, los más vulnerables
La reciente legislación federal que sanciona los pellizcos, jalones de cabello y otros maltratos resulta acertada, indicó Torres Villanueva. Rubén Moreno / CP

En Tuxtla Gutiérrez, durante los meses de pandemia, el maltrato infantil y los casos de abuso sexual contra menores de 14 años incrementó en un 50 por ciento; las agresiones en su mayoría son consumadas por familiares cercanos a la víctima, alertó Elena del Rosario Torres Villanueva, presidenta de la fundación internacional “Granito de Arena”.

La pandemia por Covid-19 obligó a los centros escolares a cerrar durante el surgimiento del virus, situación que dio lugar a la enseñanza a distancia desde los hogares, proceso en el que los padres tuvieron que involucrarse directamente; ante la frustración de no saber cómo educar a los hijos, muchos tutores incurrieron en violencia.

Datos internos de Granito de Arena exponen que durante el confinamiento las agresiones contra niños, niñas y adolescentes en Tuxtla Gutiérrez aumentaron el doble; pellizcos, jalones de cabello y empujones tuvieron lugar durante el “horario de clases”.

Villanueva, presidenta de la institución en Chiapas, refirió que durante los últimos meses han tenido un sobre demanda en llamadas sobre asesorías en casos de abuso sexual, maltrato infantil y psicológico, que en la mayoría fueron perpetuados por los propios progenitores.

La experta expuso que México tiene el primer lugar en casos de abuso sexual, homicidio y agresiones físicas contra menores de 14 años, por sus propios padres, desde el 2015; aunque este tema es constante abordado aún falta trabajar sobre las consecuencias de esta situación dentro de los hogares.

Añadió que de acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas nuestro país sólo destina el uno por ciento de sus recursos a la protección de las infancias, por ello es importante que a partir de esta legislación federal se dispongan fondos para trabajar la prevención en escuelas, casas hogares y comunidades, para frenar el maltrato infantil.

Pese a que las nuevas generaciones de padres están un poco más abiertos a la discusión de estos temas, esto no significa que el castigo y la violencia dentro de las familias mexicanas disminuya o desaparezca.

Villanueva calificó que este tipo de maltrato o “pequeñas correcciones” son el inicio de agresiones más grandes e incluso pueden llegar al homicidio del menor; palmadas, pellizcos y empujones no son comportamientos menores, ni necesarios dentro de la crianza, porque algunos padres o tutores escalan la violencia a límites lamentables.

Villanueva aplaudió las recientes reformas a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y al Código Civil Federal, que prohiben y sancionan las agresiones contra este sector de la población; sin embargo sentenció es necesario destinar recursos a nivel local para que estos trabajos surtan efecto.

Dijo esta legislación es un gran avance porque sienta las bases para el respeto a la integridad de niños, niñas y adolescentes de Chiapas y todo el país, sin embargo es necesario socializarla para que se reconozca que “los pequeños maltratos” ahora serán sancionados.