Piden reenfocar programas sociales y atender seguridad
Indispensable construir una cultura de paz en Chiapas, señaló el obispo de Tapachula. Rafael Victorio / CP

En el marco de la Tercera Jornada Mundial de los Pobres, el arzobispo de la Arquidiócesis de Tuxtla, Fabio Martínez Castilla, hizo un exhorto a las autoridades para que reenfoquen los programas sociales que poco hacen para combatir la pobreza.

En este sentido, dio a conocer que lamentablemente Chiapas ocupa el lugar 32 en cuanto a pobreza, es decir el último del país, por lo que es necesario tomar las medidas pertinentes para revertir este fenómeno social.

Agregó que a nivel nacional el panorama no es nada alentador, ya que de acuerdo a los datos del Inegi, el porcentaje de la población en situación de pobreza alcanza un 45 por ciento del total.

“Las situaciones de indigencia en la entidad van en aumento, principalmente en niños y adultos de la tercera edad, pero también el desempleo, los trabajos con bajos salarios, que son motivos para el aumento de la delincuencia y fenómenos como la migración”, puntualizó.

Insistió en que el entregar dinero a la población no representa una solución al tema de la pobreza; por el contrario, podría acrecentarla más, en un estado donde no se garantizan los trabajos formales.

“Es necesario que se reenfoquen los programas sociales, una reestructuración para tener un verdadero avance. Chiapas está en un momento difícil y es responsabilidad de todos sacarlo de este gran bache”, remarcó.

Por su parte, el obispo de la Diócesis de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, urgió a los gobiernos federal y estatal atender con prontitud los temas de seguridad, justicia y la falta de empleos en Chiapas y de ahí partir hacia la construcción de una cultura de paz.

Y es que sostuvo que a pesar que la violencia generalizada se vive en todo el país, “no podemos ir acostumbrando a nuestros pueblos y ciudades a teñirse de rojo con la sangre que día a día se derrama de nuestros conciudadanos”.

Por ello, mostró su preocupación por los “focos de inseguridad” que se han incrementado en la región fronteriza sur del país y ante ello, planteó que en las mesas donde se analiza la problemática no se minimice la situación de nuestra entidad.

Convocó a trabajar por la paz desde el interior de cada familia, porque “si en la familia se habla de odio, rencores y violencia, es fácil intuir que los hijos recibirán un influjo negativo en sus hogares”.

Pidió a los padres vivir y transmitir valores de respeto, acogida, perdón y justicia. “Colaboremos para que cada familia se sienta promotora de la paz en la sociedad”.